miércoles, 30 de septiembre de 2020

Vida y muerte

El sol ha asustado la luna y su luz ha traído la mañana. El viento mueve los colores de mi jardín. Mientras, medito sobre la existencia. 

Somos frágiles seres, arrastrados por el río de la vida. Sabemos que nuestro paseo personal, es sólo un efímero momento, que acaba con la muerte, aunque para los creyentes, ésta signifique, el inicio de la Eternidad. 

Es muy posible que así sea, pues todas las civilizaciones, ignotas y diferentes, han creído en ello a lo largo de la historia.

Mientras nos llega el momento, a veces, volamos bajo, racheando en el charco de la lujuria, la gula, la avaricia, la pereza, la ira, la envidia, la soberbia o incluso, algunos, chapoteando de forma libre y consciente, en gravísimos pecados, como el asesinato, la violación o el suicidio.

Afortunadamente, también nos elevamos al ejercitar valores como fortaleza, justicia, perseverancia, solidaridad, bondad, honestidad, respeto, lealtad, paciencia, autocontrol...

Mi existencia, transcurre con paz interior, al tiempo que medito sobre las leyes que rigen el Universo: la física, la química, las matemáticas... una energía, un espíritu, un Ser Superior... y mi intelecto se pierde ante los misterios de la Creación.

Microcosmos y macrocosmos, dependen de las mismas leyes gravitatorias. También el amor obedece a leyes físicas; biológicas y químicas, aunque al final, aparezca la espiritualidad.

Todo parece estar regido por un ser superior que llamamos Dios, con distintos nombres, en las distintas creencias y manifestaciones religiosas.

Buscamos un paraíso eterno, que es, figuradamente, una isla hermosa, a la que se accede por diversos puentes, que son las diferentes creencias y religiones. 

No tiene pues sentido, que los fieles de las variadas religiones del mundo, excluyamos de la salvación, por fanatismo, soberbia o ignorancia, a quienes no utilicen nuestro puente espiritual e incluso matemos o destruyamos por ello, otras vías de acceso al paraíso

Las virtudes y las miserias humanas, facilitan o destruyen la convivencia, la armonía y la búsqueda de la felicidad, en cualquiera de las distintas formas de vida que nos hemos dado en este mundo diverso.

Cada cual, debería buscar la paz y la felicidad en su interior, mejorar como ser humano y respetar  otros caminos de vida. 

Lo dicho: nuestro tiempo personal, es muy corto y hemos de aprovecharlo volando alto, lejos de los charcos de la miseria humana 

  

     

    


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