viernes, 3 de abril de 2015

La dictadura del blog

Me preocupaba la jubilación. Temía la inactividad y el abandono personal; la decadencia hacia el mármol final, de quien pensaba, que vivir era trabajar.

Semanas de 7 domingos y días de 24 horas de asueto, eran para mí, un temor a una liberación. 

Me sentía como el canario, que nacido y criado en una jaula, tiene miedo a  la libertad, cuando le abren la puerta.

Y tras el turrón navideño, puse en marcha este blog.

Llené con él muchos tiempos y me deleité en la suerte de las letras y los pensamientos.

Y poco a poco, se sumaron más lectores; primero los familiares y los amigos; luego terceras personas informadas por aquellos, hasta alcanzar un significativo número de entradas.

Y lo que solo fue un entretenimiento, llegó a ser un "algo de obsesión"

Aprendí que en las estadísticas del blog, aparecen los países desde dónde lo ven, los artículos que leen, las horas de mayor lectura y así, diferentes datos que apasionan, estimulan y me encadenan al teclado del ordenador.

Y pienso que esta interacción con los lectores, me da y me quita la vida, porque me afano en llegar a más lectores y a mantenerlos enganchados.

Nada espúreo, solo común unión de ideas, imágenes, palabras y sentimientos, sin fines compensatorios, de moneda o aplauso.

Estoy "enganchado". Tener lectores en más de 20 naciones, de los 5 Continentes, es como una droga.

Me pregunto qué puede interesar de mis cuitas, a un hindú, un ecuatoriano, un argelino, un  alemán o a un ruso, por ejemplo.

Me subyuga su interés y me apetece interaccionar con ellos, gracias al maravilloso mundo que internet ha puesto en mis manos.

Y pienso en la esclavitud de los medios de difusión, con los temidos "Índices de audiencia" y también en los políticos, con las "Intenciones o las tendencias de voto". 

La diferencia es que yo lo hago con sentimiento, pasión y desinterés económico, pero el blog, en sí da satisfacciones personales y me incita a mi propia dictadura personal.

Pronto llegaré a las 5,000 entradas y apenas llevo 11 semanas de recorrido bloguero.  Cifras modestas, si las comparamos con algunos blogs millonarios que han sabido interesar solo con un vídeo o una canción.

 Lo mío es más de obrero de la palabra y eso lleva su tiempo y su voluntaria esclavitud

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