sábado, 22 de agosto de 2015

La gestión de los años

El 15 de agosto de 1947, India y Pakistán, se independizaban de la Gran Bretaña.

 El 22 de agosto, a las 24 horas, nací a este mundo.

 Tres días más tarde, moría Manolete por una cornada del toro Islero. 

En ese mismo año, se aprobó el Plan Marshall, con el objetivo de recuperar la actividad económica de una Europa derruida por la II Guerra Mundial e inició su actividad el FMI, institución que sería relevante y es muy conocida.

Mi historia personal, no era importante para el mundo. Sólo era un pequeño personaje lleno de vida, del que nada se sabía, a excepción de mi círculo familiar.

A Thor, dios de la Guerra, le había sucedido Eros, la diosa del Amor.

Los europeos, se afanaban por reconstruir sus ciudades, sus campos y su vida y en reponer la diezmada población, tras tantos millones de muertos.

Yo sólo era un niño inquieto y algunos dijeron que malo, pues era así como nos llamaban a quienes luego nos conocerían como hiperactivos.

Sufrí la disciplina de los rígidos 50, estudié con un sistema educativo de 4º y reválida, 6º y reválida y Preu. Tuve que hacer un año de ingreso universitario llamado Selectivo y luego, estudiar una carrera durante 5 años más.

Viajé a Francia para continuar mis estudios de postgrado y luego, trabajé dos años en Mauritania.

Fue la primera gran experiencia de mi vida, en un mundo sin teléfono, sin TV, ni internet. En aquella época, los españoles no podíamos obtener pasaporte con facilidad, ni viajar al extranjero.

Los desplazamientos que hace 47 años, eran una aventura y casi una osadía, se realizan ahora de forma masiva y muchas veces, sin valorar el privilegio de conocer nuevos países

Los tiempos han cambiado; los años y los caminos, están llenos de colores. 

Es verdad, que ha habido muchos accidentes, muchas guerras y muchos atentados.

Pero el mundo sigue girando y al negro del luto, le pueden los colores de la  esperanza de una población, que se abre camino, a pesar de todo, por la historia del porvenir. 

Futuro ya cada vez, más escaso para mí, puesto que mi mochila está cargada de muchos recuerdos del pasado.

Pero la palabra clave, en cuestión de balance personal, es "gestión"

Así la concibo, porque de lo que se trata, es del buen uso o no, de las capacidades con las que hemos nacido y lo que hemos desarrollado con ellas.

Ya se sabe, "multiplicar nuestros denarios"

Gestionar los años, gestionar los sentimientos, gestionar ... se trata de aprovechar el tiempo para ser mejores, más útiles, ... y aportar nuestro granito de arena al bienestar y felicidad, de nuestra familia, nuestros amigos, nuestra nación, nuestro entorno occidental y el mundo en general.

Porque al final de nuestra vida, se borrarán las fronteras, desaparecerán las banderas y nos enfrentaremos tan solo, al haber gestionado bien o no, los denarios que recibimos al nacer.

Solo entonces, habrá dos grupos, sin distinción de razas, sexo, religión o riqueza: los buenos y los malos.

Sí, hoy es mi cumpleaños.

Simbólicamente, nací libre, como la India. 

Coincidí con la creación del FMI, como si me advirtieran desde el éter del cielo, que debo multiplicar mis denarios. 

Nací al rescoldo de la guerra, como invitándome a  luchar por la paz y olí la muerte del arte hecho toreo, para recordarme, que la vida se va súbitamente, por una cornada inesperada. 

Nací con el Plan Marshall, para hacerme pensar, que los millones de espaldas mojadas, desamparados, refugiados políticos, desplazados y víctimas de otras atrocidades, tienen igualmente derecho a vivir dignamente.

Al cumplir hoy 68 años, hago balance de mi vida. Cuento los azules del haber y los rojos del debe, para saber si mi saldo es positivo.

Disfruto de la merecida jubilación, tras los años trabajados, pero a pesar del relax que ello debe suponer, sufro un cierto estrés, pues he de asegurar, que al final de mi vida, el saldo de mis denarios, sea positivo.

Todo consiste en el esfuerzo, la bondad, la generosidad, el corazón abierto a los sentimientos, a inyectar ilusión en las venas de la sociedad, a amar y sentirse amado, no forzosamente, con gimnasia, sino con los corazones acompasados.

No se trata de llevarme los réditos de mi vida al más allá, sino de que mi alma brille blanca, hermosa y limpia, camino de la Eternidad  




















No hay comentarios:

Publicar un comentario