miércoles, 12 de agosto de 2015

La puerta trasera

En estos meses de corrupción y sobresaltos en la política española, está de moda hablar de las puertas giratorias.

Se trata de salir del cargo político y volver a entrar disimuladamente, en una de las salas de ordeño del presupuesto estatal.

La cuestión es seguir con la mamandurria y los privilegios, succionando la teta de nuestra esquilmada nación.

Ya jubilado y con una pensión aceptable puedo afirmar que
"No es más rico quien más tiene, sino el que menos necesita",
y me siento libre y feliz por ello.

Quedan atrás muchos años, muchas horas de mesa y butaca, oficios, requerimientos, solicitudes, resoluciones, boletines oficiales, concesiones, nombramientos, ceses, trienios y otras jergas de funcionario público.

Décadas atrás, había ganado una oposición estatal. En aquella época, los exámenes se hacían en Madrid, los tribunales eran serios y no forzosamente bizcochables.

A veces, se rumoreaba la recomendación de un Subsecretario o de un miembro del tribunal, pues la novia del hijo de la prima de su mujer, era a veces un hecho inevitable. 

Pero los enchufes eran insignificantes, comparados con la gran masa de aspirantes a funcionario público.

Desde la llegada de la democracia y la creación del Estado de las Autonomías, las oposiciones son mayoritariamente, de carácter regional.

Se acercó el poder de decisión al pueblo y eso significó el aumento de las interferencias en la selección de funcionarios.

No había compañero de partido en el poder, alcalde, diputado autonómico, Consejero o Director General, o incluso, algún preboste del ladrillo de notoria influencia, que no fuera tentado para elevar a las mieles de la Función Pública, a un aspirante a funcionario. 

Había tanto cargo regional influyente, que el porcentaje de recomendados, era muy elevado.

Ya en la Administración, sucedía de todo. A veces, los concursos de méritos para los traslados, estaban "bastante sobados". Si lo correcto era seleccionar la persona idónea para las características de un puesto, se  escogía la persona y se adaptaba el puesto a sus características.

 Es decir, se hacían "puestos a medida".

Ya no se pueden repetir las historias del Siglo XIX cuando en la alternancia entre Conservadores y Liberales se echaban a la calle incluso hasta a los ordenanzas.

Ahora funciona el "Cementerio de elefantes", donde se adscriben algunos influyentes funcionarios contrarios al régimen del momento. Son lugares de crucigrama y cafelito, con sueldo sin cometido.

Se usa la técnica del "ascenso por jerebeque", a un puesto de nulo contenido, con mayor categoría, para quitar del medio a un funcionario molesto.

Recuerdo con nombres y apellidos, un caso paradigmático. Un Director General, contrató "a tareas", al sobrino de la mujer de su tío, y luego, a la mujer del sobrino de la mujer de su tío.

Superado casualmente el plazo máximo permitido, la contratada recurrió a Magistratura y la hicieron "Laboral fija".

En una segunda fase, la pusieron como laboral fija en una plaza de funcionario y consiguió ser consolidada como Funcionaria de carrera, sin haber ganado en un proceso selectivo.

Pero le supo a poco:

Formó parte de numerosos tribunales de oposición, decidiendo los destinos de quienes deseaban usar la puerta principal de la Administración, es decir, mostrando conocimiento, mérito y capacidad..

Ascendió por la escala funcionarial, cuando le apoyaba su partido en el gobierno o cuando le apoyaba el partido rival, en este caso, ofreciendo la paz social de la legislatura.

Con el tiempo, llegó a Directora General y estuvo en un tris de ser Consejera. Toda una carrera, habiendo entrado, no por la puerta giratoria, sino por la puerta la trasera.

A la par, como en las escaladas de las míticas montañas, se abrían nuevas vías de mamandurreo.

Los sindicalistas entraban en los Consejos de la Administración de las Cajas de Ahorro, conseguían subvenciones en cascadas, especialmente, en épocas de gobiernos afines, se urdían los eres, la formación laboral con fondos europeos, proliferaban los asesores y se creaban empresas públicas con presupuesto, sin objetivos razonables.

Las oportunistas fueren de cualquier signo político, se fijaban en la piel del Estado y succionaban con avidez el rojo fluido vital.

Mientras, se hacían aeropuertos peatonales, puertos sin barcos, mataderos sin ganado, embajadas encubiertas y para qué seguir relatando.

A veces, pienso, que es mejor dejar a los de siempre, pues una vez ahítos de sangre, ya casi no pueden chupar más, so pena de reventar.

Es la técnica del pastelero, que obliga al nuevo dependiente, a hartarse de pasteles, hasta que los aborrece y ya no los come jamás.

Claro, que luego se oyen expresiones como "tener dinero para asar una vaca"

Como jubilado me siento feliz, de verme fuera de la selva de las intrigas y las ambiciones.

Hay otra puerta trasera, la que utiliza la inmigración ilegal para entrar en España. Miles de personas que huyen de la guerra o de la miseria, buscan un lugar al sol en un país afortunado.

Sufrimos la invasión de otros pueblos, con grave riesgo de perder nuestras señas de identidad, nuestra cultura , forma de ser y seguridad.

No se trata de ser inhumano, sino de defender nuestra forma de vida. La desgraciada muerte de un senegalés, ha desencadenado un hecho violento en Tarragona. Cortes de carreteras, de vías de tren, pedradas a nuestra policía,... esto no es más que un aviso de nuestro futuro cercano.

Fuerzan la entrada en nuestro país, saltando las barreras físicas que defienden nuestro territorio, se buscan la vida bordeando la legalidad, se hacen cada vez más fuertes y al primer chispazo, se desata la violencia.

He trabajado en Senegal y hay allí gente maravillosa; de hecho, tengo buenos amigos senegaleses. Son ya más de 40 años de relación con este pueblo y me duele hacer estos comentarios.

España es un país de emigrantes, es solidaria y recibe inmigración, pero al igual que los funcionarios públicos, deben entrar en la Administración por la puerta principal, los inmigrantes deben entrar ordenadamente, respetando las normas e integrándose sin formar guetos.

De lo contrario, al igual que la avispada funcionaria descrita, éstos decidirán nuestra forma de vida y acabarán por robarnos la identidad.

Hay otros usuarios de la puerta trasera; son los nacionalistas.

Se mofan de nuestros símbolos nacionales y utilizan los resortes jurídicos de nuestra Nación, para su provecho, en detrimento del bien común.

Han adoctrinado la juventud durante años, soliviantan a sus ciudadanos a través de los medios públicos de difusión, con falsas expectativas de independencia y buscan la puerta trasera para separarse de España.

El dramaturgo español, Pedro Calderón de la Barca, escribió en 1629, la obra

 "Casa de dos puertas,mala es de guardar"

Parece que no hemos aprendido la lección. Sobran oportunistas, vividores, desesperados, mafiosos y traidores.














 


















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