viernes, 27 de mayo de 2016

Alma africana

Cuando en 1971/72 inicié un máster de postgrado en el "Institut   d´Elevage et Médecine Vétèrinaire des Maisons Alfort (IEMVT) ", en la Escuela Veterinaria de París, compartí mis estudios con 200 veterinarios franceses y un buen número de colegas procedentes de las antiguas colonias francesas.

Fue un apasionante experiencia académica y humana que habría de forjar en gran parte, lo que fui posteriormente.

Pronto supe, que nunca tendría las posibilidades profesionales de mis colegas franceses, dado que España carecía entonces, de un organismo similar a la eficaz "Coopération Technique Française"

No obstante, a mis 25 años, tuve la gran suerte de emprender la gran aventura de Mauritania.

Coincidí allí con Jacques Bruleht, otro veterinario formado en la "IEMVT", que acabaría dando tres vueltas al mundo en su vida profesional.

Conocí también allí a Jacques Maigret, quien acabaría siendo nada menos, que Director del Instituto Oceanográfico de Mónaco.

Por mi parte, pude conocer profesionalmente y a veces por turismo, diversos países africanos, como Mauritania, Marruecos, Argelia, Sahara Occidental, Senegal, Gambia, Guinea Bissau, Sao Tomé e Príncipe, la Reunión y recientemente, Argelia.

En algunos de los países viví largas temporadas y a otros, viajé repetidas veces. Si mi interés inicial era la fauna salvaje africana y la aventura, pronto me interesaría por su cultura, su arte, sus sistemas sociales, su mosaico tribal y su realidad política y económica.

En definitiva, amé este continente y lo viví en tierra y en libros.

A primeros de año, tuve como compañera de misión en Argelia a Michèle Roche, una experta química francesa, con quien compartí seis intensas semanas de trabajo, sin festivos y casi sin noches.
Ambos teníamos en común nuestra "pasión africana" y ella, más joven que yo, había tenido una fecunda vida en el África Occidental.

Michèle, había vivido casi siete años en Burkina Faso, pero tenía amplia experiencia en otros muchos países, como Marruecos, Costa de Marfil, Guinea Bissau, etc.

Como era de esperar, cuajamos una sólida amistad. Durante mi viaje a Ginebra, hice una escapada a Lyon para saludarla.

Michèle se autodefine como una "negra con piel blanca", o una "blanca con alma negra". Su casa, es un fiel reflejo de su alma africana. En ella, me sentí feliz, acariciando la textura de cada pieza y conociendo su pequeña historia.

Su vivienda se encuentra en una colina que domina la ciudad de Lyon, rodeada de un bosque. La belleza y la tranquilidad del lugar, me permitió descansar en una calma sosegada y disfrutar de aquél retiro africano en el corazón de Europa    

Tuve también acceso al lado entrañable de su vida personal, como el cuaderno de recetas de cocina y el álbum de fotos familiar 

Apartamento en una colina de Lyon


                                                                 Lámparas africanas

                                                    El cartón, hogar de los desposeídos
                                                         Lámpara aplique de calabaza

Esculturas metálicas africanas
El corazón negro de ébano


                                 Su abuelo combatió en la Primera Gran Guerra. Al término
                                 de la misma, todos los amigos de su pueblo, tuvieron la suerte
                                 de retornar vivos a casa.  Abajo,testimonio gráfico del momento


                                                                 Asiento y almohada
                                                                 Tapiz mozabita

Típico azadón perteneciente a un amigo africano ya fallecido
Silla Baulé
                                                      Emotivas fotos con historia.
                                                 Mi amiga Michèle con sus primos
                                                  cuidados por una tata inglesa
                                Mi amiga Michèle, con sus primos y su antigua tata inglesa
                                                                medio siglo después
                                 Testimonio gráfico de Michèle Roche, de su periplo africano












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