domingo, 22 de mayo de 2016

Carta a un espermatozoide

Si tienes suerte, ganarás la carrera de la vida entre millones de competidores, en la búsqueda de la mitad de tu medio yo.. Si es así, deberás tener la suerte de nacer, superando tentaciones de aborto, enfermedades de gestación y complicaciones de parto.

Ya en este mundo, deberás tener mucha, pero que mucha suerte, empezando por tu género, tu familia natural, su ubicación, sus creencias, su formación, su raza, sus hábitos de vida, su bienestar y su salud.

Tu vida estará marcada por tu país de nacimiento, su PIB, su organización, su sistema político, sus ansias de paz, su historia, sus grandezas y sus miserias.

Tus oportunidades de supervivencia, dependerán de su medio ambiente, sus sistema sanitario, su seguridad ciudadana y su disponibilidad de alimentos. por ejemplo. 

Tu desarrollo personal, dependerá de las posibilidades de estudio, de la oferta cultural de tu país, de la igualdad de acceso a la educación, de la paz y la justicia social donde transcurra tu vida.

Y por supuesto, de tu inteligencia, tu esfuerzo, tu tesón y tu suerte.

Algún día, si llegas a la edad fértil y a la plenitud de tu vida, podrás procrear y tal vez, promover el bienestar, la salud y la felicidad de tus descendientes.

Si tienes suerte...., pero ni siquiera estás en condiciones de saber, que no eres más que un proyecto de vida, esperando tu oportunidad de participar en un mundo cruel, egoísta y competitivo, lleno de tabúes y miserias.  

Yo fui un espermatozoide con suerte de vivir y disfrutar del amor, la belleza y la felicidad. Y como otros cientos de millones de seres humanos, tengo el deber moral de trabajar y luchar, para los que ya han nacido y los que tenéis que nacer, tengáis la oportunidad de vivir en un mundo mejor.




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