jueves, 4 de enero de 2018

Palmeras en el Nilo

Noche negra; silencio de campo; paz y aburrimiento.

Mi blog se pregunta por mi pereza de escritor y pienso que tengo la inconstancia de un ser humano, sujeto a los ciclos de abulia y frenesí; ilusiones y sueños cansinos; o simplemente, vagancia supina ausente de estímulo e imaginación.

Nada nuevo en el año nuevo. Los mierdas de siempre, amargando a los ciudadanos con sus decisiones políticas, el morbo y el regodeo de los medios, tratando el asesinato de la Quer, las del arco iris, provocando, e inyectando mofa en vena en la cabalgata de los Reyes Magos, y los "Unilaterales", queriendo gobernar "nuestra comunidad autónoma"en régimen virtual desde Bélgica o desde la cárcel.

Cuecen habas en todas partes, pues malvados, gilipollas, malandrines, asesinos, degenerados, pirados y sinvergüenzas, los hay por toda la geografía humana.

España es una de las naciones más importantes en la historia de la humanidad; nuestro idioma, es el segundo del mundo y nuestro suelo, es visitado por casi 80 millones de turistas al año.

Algo tendremos para ser un país que todo el mundo quiere conocer, pero si rascan en nuestra sociedad, afloran señales de pasión, irresponsabilidad, incultura y falta de criterio.

Somos pasto de aprovechados, caraduras, manipuladores, trincaprebendas y sofistas.

Somos la nación de naciones, el oasis de los coletas moradas, la rosaleda de los ere y los gavioteros de la comisión.

Año nuevo, si, pero el mismo circo de siempre. Sólo ha cambiado la última cifra de año.

Así las cosas, sueño nuevos vuelos lejanos, esta vez, de camellos, palmeras y pirámides. Sueño con amigos de risas y aventuras, donde lo importante, es sentirse vivo surcando cielos y aguas de exotismo.

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