domingo, 20 de febrero de 2022

Adiós, amigo

Las lágrimas enturbian mi horizonte. Siento pena y dolor por el adiós de un amigo. Miguel Prado Foenkinos, un compañero de profesión y un amigo de vida, nos dejó para siempre. 

Le ha llegado su hora, ya cercano a los 89 años de edad. Hijo de un padre católico y de una madre hebrea. Creció y vivió gran parte de su existencia, en Rio Martin, Marruecos, en tierras de muecines y mezquitas, sabiendo de tres grandes confesiones religiosas, que tanto han influido en el mundo: la hebrea, la cristiana y la musulmana.

Estas circunstancias, evocaban tal vez, la armonía de antaño, en una Toledo imperial, donde convivían en paz los creyentes de las tres religiones. Pero la suya, fue la honradez, la decencia, la lealtad, la generosidad y en suma, la bondad.

Nuestros caminos se cruzaron en Melilla, allá por 1979, cuando trabajábamos los "Tres Migueles", (Prado Foenkinos, Rodriguez Portillo y yo, mismo), por la Salud Pública de aquella ciudad española.

Casado con Merit Oaknin, hija de hebreos, fueron una feliz pareja y ejemplo de respeto y convivencia. Los dos fueron nuestros hermanos mayores, cuando mi mujer y yo, recién casados, compartimos con ellos, la luz del sur, los sueños y la alegría de vivir.

Abandonamos Melilla hace ya 40 años y nuestras vivencias quedaron en el rincón de los gratos recuerdos. Sin embargo, los sentimientos, aunque lejanos y a veces, adormecidos por el tiempo, no sucumbieron al tic tac del reloj.

Su gran corazón estaba cansado y el Dios de todos, se lo llevó este 14 de febrero, para siempre.

Sus cenizas ya flotan libremente por el Mediterráneo. Tal vez, besen las arenas de Málaga, donde vivió su jubilación; viajen al Marruecos de su juventud; al Israel de sus ancestros, o porqué no, mis lágrimas derramadas, puedan darle mi último adiós, en la Costa Blanca, donde mantengo viva la llama del tiempo pasado.

Te has ido Miguel, pero tu recuerdo vive con nosotros. Descansa amigo, que tu alma viva la paz, la alegría y la libertad eterna. Te lo mereces, porque fuiste un hombre bueno.

Con nuestros amigos Miguel y
Merit en los Picos de Europa. 1983

Dedicado a Merit Foenkinos, la alegría de su vida, que le amó hasta el final. Un beso, amiga, paz, fortaleza, alegría y resignación.  

2 comentarios:

  1. Dejastan patente el cariño que nos tenemos....
    Gracias,muy bello,pero hoy me has quitado las fuerzas.

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  2. Este artículo lo escribí en 20 minutos. Los sentimientos brotaban a borbotones y las palabras fluían con velocidad.

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