miércoles, 8 de diciembre de 2021

El cotilla del mar

Otra vez mirando la mar desde mi atalaya. Un día más... y un día menos, pero siempre diferente, pues nunca son iguales las nubes, ni el color del agua, ni el juego del viento, ni la línea del horizonte.

El mismo lugar, pero con nuevo paisaje; preguntas a la mar; curiosidades que satisfacer, música que oír; sueños que alimentar, imaginaciones que crear y emociones que vivir.

Neil Diamond, me canta su Juan Salvador Gaviota y me lleva con su vuelo al Mediterráneo. 

Le pregunto entonces, por las civilizaciones que la navegaron; los naufragios que duermen en sus entrañas; las batallas de pólvora, sangre y muerte que vivió... 

...Cuéntame "Mar entre Tierras", ¿Cómo traían el algodón, la lana blanca, el vino de Helbón  y las piedras preciosas de Siria? o ¿la miel, el bálsamo y el aceite de Judá y la tierra de Israel? 

¿Recuerdas el tráfico de lino egipcio para fabricar las velas de los barcos? ¿Las especias de casia y cálamo, el incienso y la canela, el pelo de cabra, las piedras preciosas, el marfil y el ébano traídos desde Arabia, la India o Abisinia? 

¿Y los lamentos de los esclavos traídos desde Asia Menor? o ¿El hierro, el estaño y la plata de España?

¿Sabías que los dromedarios navegaban por las arenas del desierto, hasta llegar a tus orillas para alimentar los vientres de tus naves?

Observa mis aguas, curiosea mis paisajes, recuerda lo aprendido en los libros y libera tu imaginación, para ver más allá de la "caja de los conocimientos" me respondió 

Cerré los ojos, abrí los sentidos al aire de la vida y se agolparon las sensaciones.

Vi ánforas fenicias cargadas de vinos, aceites y perfumes; restos de galeras romanas y de drakkars vikingos en el fondo marino; barcos berberiscos prestos al abordaje, el azul índigo de las envolventes telas azules...

...Oí el tintineo de monedas romanas; el rugido de cañones en Lepanto; el canto de las sirenas en la Odisea; el grito de "Moros en la costa" cuando llegaban los berberiscos; los llantos de los sueños rotos...

...Olí los perfumes y sentí el suave tacto de sedas venecianas; mientras mis retinas se llenaban de exóticos colores...

¡Qué importante eres, mi querido mar, para quienes te vivimos!

"No hay temas agotados, sino hombres agotados", me contestó. Piensa también en tu tiempo, añadió.

Y pensé entonces, en las pateras de muerte de los inmigrantes y en los alijos de droga paseando durante las noches clandestinas....,

Sentí también la curiosidad del "cotilla del mar"

Me pregunté qué mercancías llevaba un buque conteiner que navegaba frente a mi: ¿manufacturas chinas? ¿armas clandestinas? ¿alfombras persas? ¿componentes electrónicos?... De donde venían? ¿A dónde iban?....

¿Quién viajaba en un crucero que rompía la línea del horizonte? ¿Huían de sí mismos? ¿Buscaban la felicidad en otro país, sin mirar antes en su interior? ¿Querían llenar sus ojos de paisajes, sus corazones de emociones, sus pieles de pasión y sus vacíos del ruido de la vida?

Cansado de imaginar y preguntar, cambié de música y pensé que bastaba una simple mirada desde mi balcón, para sentir paz y felicidad

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