miércoles, 29 de diciembre de 2021

Islandia. Capítulo 5. Ovejas y caballos


Islandia tiene unos 369,000 habitantes repartidos en 103,000 Km², con una baja densidad de población de 4 habitantes por Km². El 60% de los habitantes, vive en Reikiavik. El centro y el norte del país están casi deshabitados, dadas la aridez de tierras de lava, llamadas "mal país", cubiertas casi siempre de hielo y con un clima subártico muy duro; especialmente, en invierno.

La mayoría de los islandeses son descendientes de vikingos varones noruegos y esclavas celtas llevadas desde Irlanda y Escocia durante la colonización.

El difícil acceso a la isla, la adversa climatología, la pobreza del terreno, la existencia de grandes glaciares, la baja densidad humana y el origen de sus pobladores, conformarían la realidad de un país, basado durante siglos, en la ganadería y la pesca.

Su ganadería se ha basado en la producción extensiva de ganado ovino y equino, con características raciales bien determinadas, de extrema rusticidad, especialmente adaptados al frío.

Se estima que hay unas 750,000 ovejas y unos 80,000 caballos, pastando libremente a lo largo de la geografía islandesa, especialmente, allá donde la población humana es más escasa.

El gran aislamiento del país, ha permitido salvaguardar la pureza racial de estos animales, así como, la sanidad de su cabaña ganadera. Ningún animal de renta puede entrar en el país, ni siquiera aquellos autóctonos que salgan de la isla.

Ovejas islandesas

Los vikingos llevaron a la isla en el S XI, ovejas noruegas de la raza Spelsau de cola corta. Tras diez siglos de aislamiento, conservaron unas características que desaparecieron hace mucho tiempo en el resto de Europa:

Tamaño medio, (90 a 115 kg los machos y 70 a 85 kg las hembras); patas cortas, robustas y sin lana; alta resistencia al frío, adaptada a la orografía del terreno; habitualmente con cuernos en ambos sexos y capa marfil, gris, negra o marrón, monocolor o bicolor.

Tienen muy alta fecundidad, con abundantes partos gemelares, pudiendo, las del genotipo Zokha, parir tres e incluso 4 crías por parto y dos partos al año (mayo/junio y septiembre/octubre), con un alto índice de supervivencia. 

La resistencia al frío, se explica por su doble capa de lana. La capa superior es de fibra larga llamada "junto", que repele el agua, mientras que la capa inferior, llamada "tog", es más corta, suave y esponjosa y le confiere un excelente aislamiento térmico.

Estas ovejas, viven solas y en libertad, durante la primavera, el verano y parte del otoño, siendo recogidas  entonces para protegerlas del crudo invierno, con los pastos ya cubiertos de nieve.

La oveja islandesa, tiene una triple aptitud: carne, leche y lana.

Los corderos se sacrifican a los 5 o 6 meses, con 35 a 45 Kg de peso. Los islandeses preparan platos muy sabrosos con ella, como el kötsupa o sopa de invierno, aunque hay otras preparaciones menos apetitosas para los foráneos del país, hechas con pulmón, ojos o un embutido hecho con "prepucios de carnero".

El derivado lácteo más tradicional es el "skyr", un producto fermentado exclusivo del país.

Pude comprobar la calidad de los tradicionales suéteres islandeses, preciosos en el diseño, prácticos para el aislamiento del agua y del frío, pero ásperos al tacto, como lo son sus rústicas ovejas de procedencia 

         

      

           

Caballo islandés

He montado desde mi tierna infancia, caballos de muchas razas y cruces: español, purasangre inglés, árabe, lipizzano..., en lugares y circunstancias distintos y distantes y tenía  interés de montar dos razas muy concretas: 

El "caballo peruano de paso", por su "paso bípedo lateral o ambladura" y el "caballo islandés", que además de los 3 pasos o marchas comunes a todos los caballos, el paso, el trote y el galope, tiene otros dos: el "tolt" y el "skeio", en el que avanza a gran velocidad sólo con dos patas tocando el suelo a la vez: primero las patas de un lado , suspensión y luego las del otro lado.

                  

En enero del 2020, tuve ocasión de hacer una ruta nocturna en la Laponia sueca, montando un caballo islandés y además de pasar mucho frío, aprendí algo sobre esta raza.


Los vikingos llevaron a Islandia unos caballos probablemente de Noruega, en el S IX. Tras 12 siglos de aislamiento y de adaptación a un medio muy adverso, se consiguió un caballo pequeño, resistente, veloz, rústico, fuerte y muy adaptado al frío, gracias a su denso pelaje y su gruesa capa de grasa corporal. Tienen capas muy diversas: tordos, castaños, negros, y alazanes. Inicialmente, eran utilizados para silla y transporte, pero en la actualidad, se usan para monta y producción cárnica.

 

         
 
               

 

 


       


Dedicado a Francisco Castejón Montijano, amigo de siempre, colega profesional, catedrático emérito, gran experto en fisiología del caballo y consumado jinete, con quien he compartido jornadas ecuestres desde la adolescencia.




 







 



 



 









































1 comentario: