sábado, 7 de marzo de 2015

Isla de la Reunión. Capítulo 14. Agua va.

Anoche llegué a Saint Denis, la capital de la isla. El cambio ambiental fue sustancial. Me alojé en el Hotel Phoenix, propiedad de una familia de origen chino. Es un lugar aseado y suficiente, aunque me falta el calor humano.

Antes de dormir, supe que mi vuelo a Europa, no sería hasta el 11 de marzo, lo que me desanimó bastante, pues ansío mi hogar. Esta tarde, he sabido de la posible llegada de un ciclón, que debe atravesar el canal de Mozambique, llegar a Madagascar y tal vez, pueda venir a la isla. 

No ir a Europa, pasar miedo soportando los coletazos de un ciclón o aguantar en tierra sus furiosos embates, no son precisamente mis opciones preferidas.

Esta isla es predominantemente católica y las iglesias se llenan cada domingo. Prácticamente, todas las poblaciones tienen nombres de santos. Cito algunas de las poblaciones ya visitadas: Saint Denis, Sainte Suzanne, Saint André, Saint Gilles, Saint Leu, Saint Pierre et Saint Vincendo. 

Mis queridos santos, os estaría muy agradecido, si puedo salir al menos el miércoles y llegar a París. ¿Podéis hacerme este gran favor?

Hoy ha sido un día diferente. Las ronchas han remitido en gran parte y me encuentro más tranquilo. 

He ido a Saint André en un "car jaune". El día era radiante y la estación de autobuses, estaba llena de pintorescos viajeros, como podrá comprobarse en el reportaje fotográfico. Algún musulmán, descendientes de la India, negros de origen malgache, chinos, alguno de Mayotte o de la Isla Mauricio, muchos criollos, con apariencia jamaicana a lo Bob Marley style, y el blanquito enronchado, que palabrea esta página.

Al descender en San André, me esperaba una dama del siglo XX, como yo, Christianne Gigant, a la que no conocía personalmente, "Hermana de Arena", como nos llamamos en nuestro especial argot, algunos coleccionistas de arenas del mundo.

Chris me llevó en su coche a su lugar de nacimiento, una aldea del Circo de Salazie, uno de los tres circos que rodea el Pitón de las Neiges. 

Era la número doce de una familia de 15 hermanos, lo que no era especialmente, extraordinario en una familia pobre, sin luz eléctrica y sin acceso a preservativos. Me llevó a casa de su hermana número 14, que nos ofreció un té.

Fuimos luego a comer y caímos en un restaurante de una simpática parisina. Luego, visitamos la zona, llena de cascadas y de pequeñas construcciones en el camino, desde las cuáles las mujeres de la época, podían ver los hombres desde la "inexpugnabilidad" allá a finales del XIX o principios del XX. 

El Pitón des Neiges, estaba tímido y se escondió entre las brumas y las nubes lloraron de pena. Algunas cascadas, caían majestuosamente solitarias, largas y estrechas, a través de las montañas y otras, lo hacían acompañadas de sus hermanas, formando melenas a agua y alegría.

A veces, las cerradas curvas, que ascendían las montañas, escondían remansos de agua que las atravesaban. Otras veces, el firme era inestable, porque la tierra que lo sustenta, cede a la acción de las aguas. No era el caso de la zona sur de la isla, comprendida entre Pointe du Tremblet y La Grand Brulé, por donde descienden periódicamente los ríos de lava y es preciso hacer una nueva carretera, encima de ella.

El camino era extraordinariamente verde, con jóvenes montañas y depresiones alrededor de un volcán apagado.

Tras la embriaguez del exuberante paisaje, Chris me llevó a su apartamento y allá, me enseñó su tesoro de magníficas y extrañas arenas, de lugares recónditos. Vimos algunas al microscopio y donó una bella colección de arenas, que llevo con gran alegría para España.

Chris me trajo a Saint Denis, bajo una intensa lluvia. y me despedí de ella agradecido por una hermosa jornada.

Ya en el hotel, charlé un buen rato con su propietaria y tal vez, mañana, me lleve con ella a una clase de danza china, que ella imparte a señoras de Saint André. Andaremos el camino, si es menester.

Doy gracias a quienes me han salvado de una cierta tristeza, cruzo los dedos para que el ciclón no venga y me dejo llevar por las sorpresas que el tiempo me depare.

He aquí el reportaje fotográfico del día. Las fotos no responden realmente, al esplendor del agreste paisaje.







































4 comentarios:

  1. J'ai fait de mon mieux pour te faire découvrir un des cirques de mon île... et mes sables.
    Belle rencontre et belle journée malgré les trombes d'eau en fin de journée.

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    1. Oui, c´est vrai. Et je te remercie beaucoup. Maintenant, j´ai très bon souvenir de ce jour lá. Bisous, Miguel

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  2. Oui, c´est vrai. Je te remercie beaucoup ton beau geste. Maintenant, j´ai un tres bon souvenir de ce jour lá. Amitiés, Miguel

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  3. Oui, c´est vrai. Je te remercie beaucoup ton beau geste. Maintenant, j´ai un tres bon souvenir de ce jour lá. Amitiés, Miguel

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