lunes, 16 de marzo de 2015

¿Para qué vale un jubilado?

Me resistía al júbilo. Tenía miedo a sentirme como un parásito; a aburrirme; a abandonarme; a ser considerado un estorbo, un armario en el pasillo de casa; un corredor de bolsa,... del supermercado; un ser acabado, que muere lenta e inexorablemente, tirado en el sofá de casa.

Las agujas del reloj, no cesaban de girar y con ello, la llegada de la fatídica fecha.

Había pedido la prórroga de la edad de jubilación, como si ello fuera un extra de vida.

Pero el día a día pesaba cada vez más. La rutina del trabajo, los problemas de siempre y la sensación de estar sacando agua del pozo con un cesto de mimbre, hacía cada vez la carga más pesada.

Un día, hice "El Induráin", que cansado de pedalear, tras haber ganado 5 Tours y 3 Giros, se bajó de la bicicleta cuando la Vuelta a España, pasó por delante de su casa.

Y tras los primeros vientos de libertad, me desprendí del reloj, del calendario y de la corbata, como se desprende un satélite del fuselaje inservible.

Y con ello, me desprendí de cargas, prejuicios y falsas aspiraciones de vida.

Y volé alto, lejos y sin límites innecesarios, por los horizontes de la libertad.

Y cuidé mejor de mi familia. Y me cuidé más. Y confundí las horas y los días, en festivos permanentes de libertad.

Y visité hijos y amigos lejanos en el espacio, que no en el corazón.

Y paseé maletas por los caminos de Dios y de los hombres.

Y pensé que un jubilado puede ser voluntario de ONG, abuelo solícito y "mochilero a buenas horas mangas verdes"

Y pensé que un jubilado, sirve para transmitir amor y experiencia; para cuidar de sí mismo y de los demás, en un estadio superior, del que sabe la verdadera escala de valores, ajeno a falsas ambiciones de ascenso y al excesivo apego al dinero.

Y a medida que uno se distancia de aspectos  materiales y se acerca a lo verdaderamente importante: salud, familia, amistad, generosidad, solidaridad. y en definitiva, amor, bienestar y autoestima, uno se siente libre, no de cargas, sino de ataduras innecesarias, feliz y alegre.

Y uno comprende, que un jubilado, sirve para ser feliz y hacer feliz a los demás.

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