Arriba, a 10,000 metros de altura y -60º C, solo había paisaje, sin fronteras, razas, naciones ni creencias. Tan sólo la grandiosidad del paisaje, por encima de las miserias humanas.
Al descenso del avión recibimos una bofetada de calor y humedad. De nuevo en África, cambiando el otoño por la primavera; las nubes por el sol y las zapatillas por las chanclas.
Un cartel me esperaba a la salida del aeropuerto. Me recibieron con un cómico cartel y supe que la broma, provenía de mi hijo Alejandro: Presidente de España. Doctor Gamusino del Valle
El primer viaje del grupo, fue al lago Manyara. Se trata de un lago poco profundo salino y endorréico situado en el Rift del África Oriental, en la región de Arusha del norte de Tanzania. Tiene 231 km cuadrados, con una longitud de 50 Km y una anchura de 16 Km. Tiene gran diversidad de paisajes y en sus orillas habitan numerosas especies animales.
Aunque es conocido por los babuinos, el lago es el hogar de herbívoros como hipopótamos, impalas, ñús, elefantes, búfalos, facoceros y jirafas. Leones y leopardos son difíciles de ver.
Se pueden observar más de 300 especies de aves migratorias, incluyendo flamencos y águilas crestilargas.
En nuestra visita al parque, pudimos ver muchas de las especies citadas, pero no conseguimos observar ni leones ni leopardos.
Según Ernest Hemingway, que describió su safari en este área en la novela Green Hills of África, era el lago más bello de África. Precisamente, en este lugar, se estableció en 1960 el parque nacional Lago Manyara
Capello, organizador de nuestro safari y dueño de Adventure
El autor del blog con Capello y el guía que acompañó
mi hijo en el ascenso al Kilimanjaro
Con un masai guarda del parque.
Pelícanos blancos
Pigargo vocinglero
Ojos vigilantes defendiendo su cría
Las grandes orejas actúan como termo-regulador
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