viernes, 6 de octubre de 2023

El amante errante. Capítulo 2. Nawar

Borneo. La densa vegetación, parecía engullir el barco Kelimutu, mientras ascendía el río Sekonyer. De las ramas que rozaban la cubierta, podían pender serpientes.

Los monos nasicos daban vida a las orillas, vigilando la posible existencia de serpientes o de algún leopardo. A veces, nadaban a la otra margen del río, aún a riesgo de ser atacados por cocodrilos del Siam, abundantes en sus aguas.

Llegada la noche, el Kelimutu paró máquinas y los expedicionarios durmieron en colchonetas, sobre la cubierta del barco. Se protegian con mosquiteras que impedían la entradas de alimañas, incluidos los reptiles.

Millones de luciérnagas, colmaron la selva con mágicos puntos de luz. El atronador ruido de los monos aulladores, sobrecogía a los navegantes que osaron penetrar en la selva.

Nawar, guardesa del parque de orangutanes Tanjung Puting, recibió al grupo de cinco visitantes.  

Nawar procedía del Sultanato de Brunei. Uno de los principes del pais, quiso incorporarla a su amplio harén y ofreció a sus padres, 200,000 dolares anuales como dote. Nawar era libre, altiva y pasional. Para disgusto de sus padres, rechazó la oferta y huyó a Borneo. No quiso ser una más de las 40 mujeres del harén y ser sometida a la vigilancia de un grupo de eunucos.

Cuando Nawar explicaba el riesgo de extinción de los orangutanes (hombres de selva), vió a Mateo por primera vez. Ambos quedaron absortos mirándose mutuamente. Nawar tramó entonces,  ensabanarse con él, en un recóndito refugio de la selva. 

Una gran hembra orangután pasó junto a Mateo con su cria,  pero éste, solo tenía ojos para Nawar.

En un breve recorrido por la selva, observaron bandadas de mariposas, agresivas hormigas, plantas carnívoras y un gran orangután macho, con su gran rostro aplastado, cuidando de su harén.

Una lluvia tropical sorprendió al grupo en la selva. Nawar hizo unos improvisados sombreros, con hojas de bananos.

Cuando Nawar le colocaba un tocado vegetal, Mateo la rodeó por su cintura y ella le sonrió sosteniendo la mirada. Fue el principio de una tórrida aventura

La noche era un hervidero de vida, pero a veces, sonaba un grito de muerte ante un depredador. 

Nawar llevó a Mateo, a su cabaña en la selva. Nuevamente, las luciérnagas iluminaban el lugar. La luz de una vela, añadía misterio y magia al pequeño recinto. 

Nawar llevó la mano de Mateo a su pecho y le besó los labios. Éste, sintió un escalofrío en su espalda. Ambos desnudaron apresuradamente sus cuerpos. Mientras la lluvia golpeaba los cristales. 

Poco después los profundos sonidos de los monos aulladores, se fundieron con los gemidos de placer de Nawar.

Una miriada de mariposas, voló sobre sus cabezas, al salir de la cabaña.

Nawaralejó el parque de orangutanes, para acompañar a Mateo en su viaje.

Subieron el volcán Bromo en la isla de Java; avistaron dragones de Komodo en la isla Rinca y se "perdieron" en un inmenso bosque de bambú en Sumatra.

Ya en Bali, visitaron plantaciones de arroz y se bañaron en un río de calientes aguas volcánicas. 

Nawar y Mateo, se besaron bajo una cascada y sus aguas, se llevaron las lágrimas del adiós. Nunca más se volverían a ver.

D. Mateo paseaba su reputación de hombre cabal, en su Liérganes natal. Mientras, el preñado vientre de Nawar, sentía los movimientos de un feto con sangre morisca, gitana, vasca, judía y bruneiana, al que llamaría Wayan. Años más tarde, Mateo sabría que tenía un hijo varón

Notas del autor:

En otoño de 2017, cinco amigos viajamos a Indonesia. Las crónicas de aquél maravilloso viaje, están publicadas en este blog entre octubre y noviembre de ese año.

Visitamos las islas de Borneo, Sumatra, Java, Flores, Rinca, Lombok y Bali.

Nos adentramos en la selva a pié, en barco y en elefante. Vimos orangutanes, nasicos, monos aulladores, serpientes, cocodrilos del Siam y dragones de Komodo. 

Aún hoy, lamento no haber ofrecido una mano a la orangután con un bebé, que pasó muy cerca de mí.

Ascendimos a los volcanes Bromo y Kelimutu. Paseamos por inmensos arrozales y campos de bambú.

Visitamos aldeas templos y mercados, interactuando con el paisanaje.

Nos bañamos en un río volcánico con agua caliente, en estanques de purificación y bajo cascadas.

La historia de amor entre Nawar y D. Mateo, nunca existió, pero me sentí atraido por la hermosa indonesa, cuya fotografía publico en este artículo y que estimuló algo más que mi imaginacion de escritor.



Ascenso del río Seconyer, en Borneo

   Durmiendo en la cubierta del barco
                             Mono nasico
Parque natural de orangutanes

    Hembra orangután con su cría
A pié, por la selva, cerca de la cabaña
  Atravesando un río selvático en elefante
                Una inevitable sanguijuela
                        Plantas carnivoras
Luciérnagas en el rio
                Pantera nebulosa de Borneo
                          Isla de Rinca
Dragón de Komodo
        Preludio de un baño de purificación
     Arrozales de Bali
Nawar, quien inspiró al autor






No hay comentarios:

Publicar un comentario