martes, 29 de diciembre de 2015

Mi mundo entre mujeres. Capítulo 1. "La dulce Lola"

Tuve una infancia feliz. Estaba sano, nada me faltaba, gozaba del amor de mis padres y vivía con alegría las fiestas de la bulliciosa Sevilla.

Cada año, iba a la Feria de abril de Sevilla vestido de flamenco. Montaba ocasionalmente a caballo, pues mi padre, veterinario, estaba muy relacionado en el mundo ganadero.

Las hijas de los amigos y conocidos de mis padres, también paseaban por la Feria de Sevilla. No faltaban ocasiones, para hacerse fotos de recuerdo en inocentes parejas de momento.

Desconocía lo que era la llamada de la selva y tardaría muchos años, antes de comprender lo del Sexto Mandamiento. Sin embargo, me sentía como un niño en una pastelería, con tanto dulce por doquier.

Por aquél entonces, prefería jugar a la peonza, a las canicas y a la pelota con los niños de mi edad, pero por algún motivo desconocido, me atraían las niñas, aunque jugaran a otras cosas menos brutas, como las muñecas, las comiditas y la comba.

Tampoco tenía muy claros los cánones de belleza femenina. Me gustaba la "Dulce Lola", hija de la costurera de mi madre.

Yo, pobre de mí, creía que las niñas no eran peligrosas y me acercaba confiado a ellas. Sin embargo, una vez, la Duce Lola, ¡A saber por qué!, me lanzó sus garras a la cara, alcanzándome la sien izquierda, quedándose con carne y sangre entre sus uñas. y ocasionandome una cicatriz que me quedó para siempre.

Desde aquél momento, supe el peligro del "sexo débil" y procuro obrar en consecuencia.

A continuación, expongo algunas de las fotos de la época, sacadas del baúl de los recuerdos.

La Dulce Lola, es la delicada jovencita de la última foto, con los brazos en jarras.


                         








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