jueves, 7 de julio de 2016

Juego de tronos

Me llamo Marianix y hace años, un tío bajito con bigote, me hizo jefe de la banda de "Los Gaviotas". No soy guapo, ni simpático, pero gano las elecciones, porque la gente sabe que los guapos no siempre son competentes. De hecho, cuando alguien se tiene que operar, no busca al médico más guapo, sino al que mejor maneja el bisturí.

Hace tiempo que tengo problemas políticos, porque varias decenas de compañeros, no han sido honestos "en su grado más heroico" y se lo han llevado crudo. Menos mal, que yo tengo mucha correa y lo aguanto todo.

En las elecciones del 20 D, competí con Períquidis, un maniquí de grandes almacenes, guapito de cara él, que quería gobernar España con la panda rival,  "Los progresistas". Su programa electoral era corto, pero insistente: "Por el cambio progresista, para echar a Marianix". En realidad, lo que quería decir, era "Quiero su silla", pero no quedaba muy progre decirlo así.

Periquidis me acusó de corrupción y a mí me pareció fatal que lo hiciera,  porque en Ándulix los suyos asan vacas con billetes de 500.

Otro rival político, es Paolo Coletix, un cantamorning capo de los "Moretis". Procedente del comunismo rancio, se ha extendido ideológicamente por el espectro político. Ahora es comunista, socialista, socialdemócrata y pronto será socialcristiano, liberal, demócratacristiano y hasta del ala ultramontana de la derecha reaccionaria. Es lo que él llama el muy jetix,  un partido transversal.

Coletix es un político de mucha casta. Presume de gran experiencia internacional, gracias a su amistad con Maduriz, un estadista venezolano que ha llevado a su país a altas cotas de bienestar.

Defiende la desintegración de Hispania mediante la celebración de consultas de autodeterminación, por ejemplo, en Cataloña, que pretende constituir los "Estados Unidos de los Países Cataloñes", el EUPACA, cuya moneda de curso legal, sería la Pujoleta, ya reconocida en Andurrania

También quiere sacarnos de la OTAN y de la UE, a la que no piensa pagar la deuda, confiando en la solidaridad de los eupacos, que nos respaldarán con su pujante moneda.

Tras defender el aborto, para liberar de niños a Hispania, hay rumores de que quieren favorecer la eutanasia, pues según él, tendría dos efectos muy beneficiosos: se acabaría el problema de las pensiones y los Gaviotas, nos quedaríamos sin apoyo electoral.

Gracias al Quichimurga de Gades y al resto de los mariachis regionales, los hispanicus han conocido las grandes ventajas de la banda morada y es posible, que nunca les gobiernen, para disgusto de Monederix y Carola Mecansa, la del lema "ponga una teta en el Congreso"

El cuarto en discordia es Albatrix, un cataloño que defienda la marca Hispania y quiere jubilarme haciendo un desvieje del circo electoral. Menos mal, que su globo se va desinflando, pasando de la naranja a la mandarina, a pesar de que tiene una guapa doña Inés a la que más de uno sueña con arrimarse.

Luego están los esquérridos, los del silbo canario y toda una pléyade de pescadores con potera, intentando enganchar lo que sea por donde sea, para tener su minuto de gloria y su "quéhaydelo mío"

Afortunadamente, el pueblo se ha dado cuenta de quienes somos los menos malos y a la tercera ronda, si esta segunda fracasa, me darán la mayoría absoluta para librarnos de esta neo casta lamentable.
Sinceramente,
Marianix I de Hispania






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