lunes, 20 de julio de 2015

Los tíos de America

Hace 60 años,dos militares de la Base conjunta hispano norteamericana de Torrejón de Ardoz, conocieron a sendas tías de mi mujer, en la Embajada de los EEUU en Madrid.

Uno, de antepasado polaco y otro, de origen portorriqueño, acabaron casándose con ellas, formando la "estirpe Gómez", allende el Atlántico.

Unos tuvieron  cuatro hijos y los otros, dos.  Los 6 primos, se casaron y la mayoría de ellos, tuvo descendencia, por lo que la familia se extendió por los Estados de Nueva York, Delaware, Texas y Colorado.

Décadas más tarde, la hija de otro tío de mi mujer, se casó con otro militar de la misma base; esta vez, de origen mexicano. Se instalaron en California, tuvieron dos hijos varones y han llegado a ser abuelos en aquella tierra.

Aún más tarde, uno de nuestros hijos, realizó estudios de postgrado en el Estado de Virginia y se colocó posteriormente en Nueva York. Sus dos hijos, nacieron allá y adquirieron igualmente, la nacionalidad norteamericana.

En resumen, cerca de 30 familiares norteamericanos, repartidos por 5 estados de los EEUU y medio centenar de Gómez, repartidos por todo España.

Es el resultado del fenómeno de la globalización, que para bien o para mal, impera en el mundo.

Desde entonces y aprovechando las facilidades de comunicación actuales, las dos ramas familiares; la norteamericana y la europea, mantenemos un sólido nexo de unión, otrora impensable. Gracias al skipe y a los aceptables precios de los aviones, vamos y venimos o vienen y se van. El caso es que nos abrazamos al menos, una vez al año.

En otros tiempos, la familias habría perdido sus raíces. La segunda generación se habría distanciado y la tercera, habría llegado a desconocerse.

Habría sido el mismo proceso que provocó la ruptura emocional de los antiguos colonos americanos con sus Metrópolis, lo que  determinó el florecimiento de naciones independientes, tanto en el norte como en el sur de América.

Antes había un dicho: 
¡Quien tiene un tío en América, ni tiene tío ni tiene ná!

No es evidentemente nuestro caso. Tal vez, sea ya difícil de mantener la cuarta generación, pero habrá que "trabajar la familia", favoreciendo los intercambios entre los jóvenes, de forma, que remedando la época imperial española, podamos decir, "En la familia de los Gómez, no se pone el sol"



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