martes, 27 de octubre de 2015

Australia. Capítulo 7. Frente a la muerte

Hoy miércoles, 27 de octubre, a las 09 horas, he visto de cerca la muerte.

Estaba afanado en la terminación de un parterre: desherbado, colocación de una malla anihierbas y finalmente, reparto de una gruesa capa de cortezas de árbol. 

Llevaba 3 horas de trabajo y ya pensaba retirarme, para evitar el calor.

Simultáneamente, sacaba los perros al jardín, de forma individual en turno rotatorio.

Noté un movimiento que me alertó. No comprendo cómo lo percibí, porque el color de la serpiente, se mimetizaba totalmente con las cortezas que había repartido. 

Se desplazaba lentamente, buscando a lo más seguro,una grieta donde resguardarse.

El perro la vio y cuando se acercó, le ordené que me siguiera y le até en su perrera.

Subí rápidamente a la casa en busca de la cámara de fotos. 

Al entrar súbitamente en la habitación, me dio otro vuelco el corazón. Un lagarto estaba sobre mi cama. Tardé unas décimas de segundo en descartar el riesgo y éste corrió a esconderse tras la cómoda.

Armado con mi cámara, en chanclas y sin guantes, me acerqué con precaución al lugar donde había estado la serpiente, pero allí no estaba.

Imaginé donde se había metido. Cogí una larga madera de unos 3 metros y dí la vuelta a un recipiente que estaba boca abajo.

La serpiente se revolvió, asomó su pequeña cabeza y me miró, presta a defenderse.

La enfoqué con el teleobjetivo y me acerqué medio metro para sacarle una foto.

Mis músculos estaban en tensión. Era consciente del riesgo. Tenía miedo y el corazón me latía con fuerza.

Aguanté el momento, saqué varias fotos y retrocedí lentamente.

Subí a la casa, a identificar la serpiente. Era un ejemplar adulto, de unos 3 metros. Aunque no soy herpetólogo, creo que he identificado a una Taipán costera (Oxiuranus scutellatus scutellatus), muy abundante en esta región y la serpiente más venenosa del Planeta,

El desafortunado que es mordido por esta serpiente, debe ser tratado urgentemente con el antídoto específico. Muchas veces, sobreviene la muerte antes de que el antídoto actúe. 

La casa está a 100 km del hospital más cercano, por lo que en caso de mordedura, las opciones de supervivencia son relativamente bajas.

Todavía están allí los bártulos de jardinero. Todo está a medias de colocar y no tengo interés alguno en recogerlos.

Afortunadamente, tengo billete de tren para ir a Brisbane el próximo sábado. ya he tenido demasiados sobresaltos en estos días.

  






2 comentarios:

  1. Miguel, con eso no se juega, hombre.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola corto_maltés,
      El verdadero peligro, lo pasé cuando estaba de cuclillas arreglando un parterre de flores. Pasó a escasa distancia de mi, sin intención de atacar. Si yo hubiera puesto el pié o la mano junto a ella, sin saberlo, se habría producido la desgracia.
      Lo que hice posteriormente, fue con un palo y a unos 3 m de distancia. Localizarla era importante, como medida de precaución. Respecto a las fotos, usé el teleobjetivo. Tuve mucha tensión, pero actué con frialdad y cautela. reconozco un apunte de temeridad, pero estuvo calculada. Repito, el verdadero peligro, fue cuando estuve a su lado sin advertirlo.
      Gracias por el comentario y un abrazo

      Eliminar