jueves, 15 de octubre de 2015

La brújula humana

Voy a generalizar, aún a sabiendas de que académicamente no sea aceptable. 

Sólo trato de aproximarme a las grandes líneas de la esencia de poblaciones.  

  Norte

A mayor frío ambiental, mayor seriedad y menor alegría;  más desarrollo y mejor organización; mejor nivel de vida, pero menor capacidad de vivir en armonía con la naturaleza y la vida.

La cohesión familiar no es especialmente sólida. Les gusta vivir aislados, son poco generosos y solidarios. Programan sistemáticamente su vida y son ahorradores. Viven para trabajar y para tener.

Sur

A mayor calor, más improvisación y alegría; menos desarrollo  y más imprevisión; hay un cierto caos y peor nivel de vida; hay más relaciones sociales y se disfruta mejor; las relaciones familiares son muy importantes; son generosos y solidarios.

Son más espontáneos, improvisadores y derrochadoress. Se trabaja para vivir y para ser.

Oriente

Son más espirituales y apegados a la tradiciones; la integración en la naturaleza es muy profunda, son más introvertidos, delicados y respetuosos.

Están muy influidos por la filosofía de Confucio. Son intuitivos, se fijan más en los detalles que les rodea, pues valoran mucho la interacción con el medio.

Primero enfocan los detalles, luego valoran las circunstancias y llegan a la globalidad sumando los detalles.

En su cultura eminentemente rural, prevalecen la confianza, las relaciones directas, el respeto a las jerarquías y a los mayores

Occidente

Nos marca la filosofía griega.

Somos más individualistas, nos fijamos más en la persona o en el objeto principal, obviando el entorno que le rodea, pues no consideramos tanto su interacción con el medio.

Enfocamos los problemas con planificación y previsión. Como cartesianos, valoramos más los hechos que las circunstancias.

Enfocamos un tema de forma global y luego, descendemos al detalle.


No todos los países de un entorno son iguales, ni todas sus regiones ni grupos sociales lo son. 

Durante el siglo XX, el desarrollo industrial, los sistemas políticos, las comunicaciones, la penetración cultural, las migraciones y el turismo, han modificado muchas escalas de valores, destruido muchas tradiciones y homogeneizado grandes segmentos de población, notablemente, la juventud.

En lo que se refiere a Europa, el norte intenta imponer su rigor al sur, que se niega a perder su idiosincrasia y la alegría propia de los países de la luz.

 Son dos estilos de vida difíciles de armonizar.

Los del norte llaman PIGs, a los del sur, es decir, los cerdos (ver la primera inicial de los países europeos del sur Portugal, Italy, Greece and Spain) y nosotros vivimos más alegres, más años y vivimos más felices, mientras ellos tienen mayores tasas de suicidios.

Nosotros, los europeos, intentamos hacer la Europa perfecta, con lo mejor de cada pueblo.

Por citar un tópico, la Europa ideal, sería con empresarios y científicos alemanes, cocineros franceses, políticos ingleses, hoteleros españoles y policías italianos.

Pero corremos el peligro de tener políticos griegos, empresarios rumanos, policías alemanes y cocineros ingleses, por ejemplo.
  
Hablando de América, en el frío norte se da una situación similar a la europea.

En Canadá y Norteamérica, priva el orden, la planificación, la estandarización de los procedimientos de trabajo.

La sistematización de la vida en general, garantiza el buen funcionamiento de estos países.

Pero a medida que "ensuramos" el continente y predomina el carácter latino, se sustituye la regulación por la espontaneidad, la disciplina por una organización menos eficaz y el rigor por la música, el baile y la poesía.

Finalmente, cambia la filosofía de "vivir para trabajar" por "trabajar para vivir". Esto se palpa fácilmente, en los estados del sur de Norteamérica y por supuesto, en Méjico.

Cuando llegamos a Centroamérica y descendemos a Sudamérica, la explosión de colores, el bullicio de la música, la vistosidad de los bailes, la imaginativa creatividad, la improvisación y la alegría, van in crescendo, teniendo, en los Carnavales de Río su máximo esplendor.

Al norte, riqueza, seriedad , trabajo y control, lujo, orden y disciplina.
Al sur, riqueza mal repartida, jolgorio, ricos ricos, pobres pobres, descontrol, corrupción, clientelismo y populismo.

 Es curioso, que tanto en Europa como en América, a medida que se desciende del norte al sur, hay más fiestas en el calendario laboral de los países

Es fácil establecer dónde están el norte y el sur, pero la cuestión se complica con el este y el oeste, u oriente y occidente.

Para empezar, "el oeste del oeste, ya es el este"

Tradicionalmente, entendemos oeste a Europa y América y este al Oriente  Medio y Lejano Oriente.

Ya he citado algunas diferencias entre los occidentales y los orientales. Añado ahora, que esas diferencias pueden desaparecer a medida que las sociedades orientales abandonen su vida rural y se integren en los grandes conglomerados urbanos.

No en vano, nosotros, los occidentales, también confiábamos en nuestros paisanos y respetábamos las jerarquías, los ancianos. Son aspectos negativos ligados al progreso económico de los pueblos.

Decimos que Europa y América, son mayoritariamente cristianos: protestantes en el norte anglosajón y católicos en latinoamérica.  En Oriente Medio son en parte judíos y la gran mayoría, islámicos. Ya en el Lejano Oriente, el mundo islámico se desdibuja en favor del hinduísmo y el budismo, principalmente.

Naturalmente, los credos religiosos, tienen una gran influencia en el comportamiento y el carácter de los grandes grupos de población y por lo tanto, van a incidir de una u otra manera, la forma de ser  entre las poblaciones eje Norte Sur y de Oriente y Occidente

En mis viajes, he convivido y me he dejado influenciar, consciente o inconscientemente, por otras latitudes, otras culturas y otras formas de ser y estar.

Nacido y educado en la España tardofranquista, con sonidos de campanas y campanillas, y olores a incienso, me imbuí del catolicismo beligerante, que daba poco margen a otras formas de comportamiento  y de vida.

Posteriormente, ya en la Francia de mayo del 68. viví el agnosticismo, el liberalismo y la multiculturalidad, de una nación que aportó al mundo los valores de la Revolución Francesa.

Poco más tarde, viví casi dos años en la República Islámica de Mauritania y 4 años en Melilla, donde ha habido tradicionalmente una casi aceptable convivencia entre católicos, musulmanes, judíos e hindúes.

He realizado estancias con distintos grupos protestantes norteamericanos, sin olvidar ambientes calvinistas de Centroeuropa y en una región ortodoxa de la Rusia asiática.

En un mundo globalizado, se generan tensiones por parte de quienes quieren recuperar la identidad que se pierde inexorablemente. "Es el principio de la Acción y la Reacción".

Las razas puras desaparecen lenta pero progresivamente, (en el futuro, nuestra piel tendrá el color de la tierra), la cultura se mezcla y las religiones tienden a perder influencia (hay excepciones como el Islamismo, que se radicaliza).

En definitiva, se tiende al mestizaje en su más amplia acepción.

No podía ser de otra manera: los transportes actuales, permiten el tráfico mundial de mercancías; los diferentes medios de viajes, facilitan el traslado masivo de personas y las telecomuncaciones, permiten el tráfico de ideologías, culturas y  sistemas de vida.

Como español, tengo trazas de celtas, íberos, fenicios, cartagineses, romanos, visigodos, árabes y judíos. Soy un católico que ha bebido los vientos de la vida y sabe conservar sus valores esenciales; pero que también, se ha impregnado del "siglo de las luces", de la globalización, la ciencia y el racionalismo.  

Puedo decir, que me he convertido en un ciudadano del mundo, que conservo mis raíces culturales y afectivas, pero que me desprendo progresivamente, de lo irracional, el dogmatismo trasnochado y si se me permite, de inútiles convencionalismos y prejuicios.

Solo soy un hombre de mi tiempo, que viaja por el mundo, por los rostros humanos y por la libertad, con una cuádruple actitud:

1.- Integrarme , aunque sea circunstancialmente, en el mundo que visito.
2.- Ser una "buena persona", lo que entre los chinos, se conoce por "Ser un corazón rojo"
3.- Tener la mentalidad abierta y humilde, sin imponer mis criterios ni mi forma de vida.
4.- No perder los valores que me inculcaron, pues me dan seguridad y me proporcionan la felicidad.

Notas del autor:

No soy sociólogo, solo un hombre experimentado que sabe leer en los rostros de la gente, en el lenguaje corporal, en la entonación de las voces, en las costumbres, en los ropajes, en los objetos, las moradas de las poblaciones y en tantos detalles del paisaje de la vida

No tome sin embargo el lector este artículo como un dogma de fe, pues soy un imperfecto ser humano, incapaz de distinguir un chino de un japonés, saber cuando un gallego sube, baja, sorbe o sopla o cuando una mujer te dice que no y es que si o es que no y te dice que si.








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"También las vacas negras, dan leche blanca"
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4 comentarios:

  1. De acuerdo en muchas cosas, salvo en lo de los políticos, empresarios y cocineros. En todas partes cuecen habas. .. Y resumiendo mucho y simplificando: !! Viva el Sur!!

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  3. Gracias por el comentario. Decía en el artículo que generalizaba y usaba algún tópico. En todas las sociedades, se dan las diferentes formas de ser. No hay más que ver una Campaña de Gauss en cualquier tema. En España hay buenos profesionales en todos los niveles y tienen mi reconocimiento. Tradicionalmente, la diplomacia vaticana y la británica por ejemplo, se han considerado las mejores del mundo. En cocina, siempre despuntaron los franceses y ahora somos nosotros.

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  4. Y así, podríamos abarcar todos los campos de la vida. De acuerdo con lo de Viva el sur. No podía ser otra cosa. Vivo en el norte, pero yo soy del sur del sur de Europa, dado que mis primeros años, los de la impronta, fueron en Sevilla. Gracias de nuevo por el comentario

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