miércoles, 28 de octubre de 2015

Australia. Capítulo 8. Amanece que no es poco

La luz artificial atrajo escarabajos grandes y negros. Su vuelo generaba un fuerte zumbido. Un diminuto grillo saltaba igualmente.

Minucias de vida, frente al susto del día.

Dormí la noche y mis ojos se entreabrieron con la primera luz del alba. 

Eran las 5 de la mañana.

Los cuervos y las cacatúas rompieron el silencio de la negritud. 
Pequeñas aves, hacían el murmullo de fondo.

Un nuevo día en un extraño país.

Todos sentimos miedo como medio de supervivencia. 
Solamente los cobardes, se dejan llevar por el pánico, en situaciones razonables. 

Recuperado del tremendo susto de ayer, me he sobrepuesto a la situación y he asumido mis responsabilidades.

No estoy exento de miedo y prevención, pero he vuelto al lugar, he tomado con decisión los aperos de trabajo y "he hecho jardín"

Con decisión y con cabeza.
Sin bajar la guardia, escudriñando cada cuerda, cada rama caída y cada piedra cercana.

Esparcida la totalidad de las cortezas, solo queda la labor creativa de ubicación de las plantas vivaces, de algunos hibiscus y de sendas jacarandas, para que el aroma y el azul de sus flores, alegren los sentidos.

Descubrí uno de los perros fuera del recinto.
Le ordené que volviera y mi sorpresa fue verle saltar la valla de 1,25 m de altura.

Centré mi atención en él y cada vez que le ordenaba "jump" saltaba la valla presto, ágil y espléndido.

Fui por el viejo caballo. Pacía su senectud en la amplia pradera del recinto. Al verme con la soga en la mano, vino hacia mí, con la alegría del paseo, para saciar sus bocanadas de vida y libertad.

Recordé la preciosa canción sudamericana, "Caballo viejo".

Otro caballo de capa ruana, allende la propiedad, que observaba el momento, relinchó su juventud.

Pisaba de nuevo el suave verde del camino, mientras meditaba sobre los últimos acontecimientos. 

Repentinamente, el silencio se adueñó de la mañana, como si se hubiera detenido la vida.,Pero sé que sigue ahí, impredecible, cruel y hermosa.

La mañana está húmeda y suave, pero el sol clava sus rejones de fuego entre nubes.

Escribo esta crónica bajo el punto rojo, mientras espero el ocaso solar para realizar el "momento farm", de caminos de tierra, pasos de ríos torrenciales, pastos altos, grandes aves de un mundo nuevo, cebúes tras el heno y la melaza y gallinas en los nidales, con el colesterol de la jornada. 

Retornaremos al crepúsculo, cuando la luz ya sea escasa y beberemos de noche la amarga espuma del reposo, brindando la cerveza en salud y camaradería.

Volaran otros insectos, paseará el grande y venenoso sapo, la rana verde, atrapará desde su mirador, los insectos que acuden a la artificial luz del descanso compartido. 

Dormiremos la noche y tendré más cerca la vida urbana de Brisbane.

Me esperan días de amigos, abrazos y risas; de recuerdos y de sueños de futuro; de nuevos hijos del tiempo vivido; de nuevos lugares, de mar, olas y espumas.

Viviré la costa y tal vez, algún bosque tropical y llenaré los pulmones y el alma de vida.

Rana arborícola en su "apartamento de aguas pluviales"
                                          Similar a la nuestra de S. Antón, pero muy grande
                                                                  Saltador de vallas

                                                      Las aves en Australia son grandes
                                                      Secos pastos de fácil incendio
                                                            Azteca, el "caballo viejo"
                                                             Jóvenes orejas brahman
                                                           "Poniendo mi desayuno"
                                          "Amantis religiosa ,cazando junto a mis playeras"

Notas del autor

La vida es imprevisible. Cae un fuerte aguacero como si fuera el diluvio universal.
El ruido del agua contra el típico tejado metálico de la casa, parece anunciar el juicio final.
Los secos cauces de arroyos y ríos torrenciales, acogerán en su seno las abundantes aguas caídas en tromba. 
Dudo que lo escrito anterior en futuro, se convierta en presente


No hay comentarios:

Publicar un comentario