viernes, 16 de octubre de 2015

Humanos pero animales

Desmond Morris en su obra "El mono desnudo", enfrentó el ser humano con su propia naturaleza.

Cuando alguien llega a un nuevo despacho, modifica la ubicación de los muebles o redecora la estancia, simplemente, está marcando su territorio, como lo hacen muchos cánidos y félidos en la vida salvaje.

"Es el síndrome del macho alfa"

Si un político es nominado para dirigir un partido, elimina cuando puede a sus rivales de nominación, no siempre enemigos, como la abeja reina joven, mata a sus hermanas de puesta, para evitar posteriores competencias.

"Es el síndrome de la abeja reina".

Si una panda de mozalbetes, concursa a ver quien mea más lejos, están midiendo, inconscientemente, su masculinidad, en una suerte de competencia por ser, nuevamente aquí, el macho alfa de la manada,

Si una mujer se maquilla para atraer la atención del hombre, es una forma de mostrar que ha llegado a la madurez sexual y es apta para la reproducción.

"Es el síndrome del mandril".

Una dama inteligente y elegante, se maquilla casi sin que apenas se note. Otras, normalmente nacidas a mediados del siglo pasado, se pintan como verdaderos semáforos sexuales, justificando con creces la referencia al mono.

En muchas culturas, la representación animal ha tenido gran importancia. 

Pienso en las deidades egipcias, los nombres de algunos guerreros indios de las llanuras americanas,  como Toro Sentado o el explorador Búfallo Bill, los grandes jefes de tribus africanas, con melenas de león, grandes plumas o garras de depredadores; las máscaras africanas, representando diversos animales e incluso, la ofrenda a deidades en Asia o en África, por ejemplo, al cocodrilo.

En muchos idiomas de nuestro entorno, se utilizan expresiones para identificar personas, actitudes, comportamientos, descripciones o acciones, con animales. Nuestro refranero es también muy rico en sentencias relacionadas con los animales.

Sin ánimo de ser exhaustivo, expondré numerosos ejemplos:

Los boxeadores pueden ser peso pluma, peso mosca y peso gallo.

A los ciclistas, les "entra la pájara", cuando no han comido lo suficiente y se enfrentan a un gran esfuerzo.

Denominamos mamá gallina, a una madre protectora. Un gallo es un chulo y un gallina, es un cobarde.

También se puede estar en la edad del pavo. Antiguamente, pelar la pava, era permanecer con la novia y estar como dos tortolitos, era darse el pico.

Hacer el ganso es hacer el gamberro; ser un águila es ser hábil en los negocios; ser un halcón es ser agresivo y ser paloma, es ser pacífico.

Ser un pavo real es engreírse; ser un loro o una cacatúa, es ser fea; ser cotorra, equivale a charlatana; las grullas son las que gritan y un polluelo, un cervatillo o un cachorrillo es un niño.

Luego está el patito feo, el patoso, la que tiene patas de gallina en los ojos o los que se nos pone la carne de gallina. 

Cuando estamos azorados quiere decir que estamos atolondrados y cuando perdemos la serenidad, corremos como pollo sin cabeza.

Decimos que lo han desplumado, si le han dejado sin dinero y hubo un tiempo, que se emplumaba a los colaboradores con las tropas invasoras, embadurnándolos de brea y pegándolos plumas

Si nos olvidamos de las plumas, tenemos más expresiones.

Actuar de liebre en atletismo, es acelerar a carrera en beneficio de un campeón.

Diversos animales, se utilizan para nombrar los genitales másculinos o femeninos.

Un topo, es un infiltrado en una organización y un piojo resucitado, es un don nadie que se cree alguien.

Un zorro, es un hombre astuto, pero una zorra, es una "pluriactiva sexual".

Estar como un mulo, o hecho un toro es estar fuerte, pero estar hecha una vaca, es estar gorda.

Salir rana es decepcionar las expectativas depositadas en alguien y ser un sapo, es ser gordo, feo y repulsivo.

De nuevo, se carga el aspecto más negativo en la expresión femenina. Así, un cerdo o un guarro, es un hombre sucio, pero una guarra, tiene la consideración revolcarse en la cama con cierta promiscuidad masculina.

Tener lágrimas de cocodrilo es ser un cínico, ser una serpiente significa ser malo y despreciable; ser un lobo con piel de cordero, significa ser malo aparentando ser bueno.

Alguien que se aprovecha de los demás, es un parásito o una sanguijuela; estar como una chota o como una cabra, significa no estar en sus cabales; ser una cabra loca, es ser una mujer casquivana, mientras que ser un cabrón, tiene doble connotación: consentir el engaño de su mujer o ser mala persona.

Ser un perro es ser despreciable, ser una perra, tiene de nuevo una connotación de mujer de varias camas, mientras ser una coneja, significa no parar de traer hijos al mundo. A cara de perro, implica enfrentarse duramente cara a cara.

Ser una hormiguita es ser trabajador y ahorrativo; ser un besugo es tener poca inteligencia, al igual que ser un burro. 

Pero ser un animal, hacer el burro o hacer el bestia, significa ser o hacer el bruto.

Ser un camello es ser traficante de drogas.

Coger una merluza es emborracharse y dar la mano de pescado, significa saludar con la mano fría ,sudorosa y pusilánime. 

Un pulpo es un manoseador y un tiburón, es alguien sin escrúpulos en el mundo de los negocios.

Una mosquita muerta, es una lánguida que te juega las vueltas y un moscón, es un pesado que no para de revolotear en derredor de una mujer

Una tigresa es una come hombres, un tigre es un hombre fiero fuerte y valiente y una leona una peleona soez.

Alguien se puede poner como una fiera, actuar como un pepito grillo, ser compacto como un jabalí, ser ágil como un felino o tener cara de caballo.

Tenemos vista de lince, los hombres peludos son osos, un bebé es un osito de peluche y un gorila, es un tío fuerte trabajando de guardaespaldas

Si cuidamos niños ajenos, hacemos de canguro, si corremos mucho, lo hacemos como una gacela, si somos insignificantes, somos gusanos y si dormimos mucho, lo hacemos como un lirón.

Un bambi es un ser inofensivo, un ardilla es alguien inquieto y un ratón de biblioteca, alguien que encuentra lo que busca entre los papeles.

Entrar alocadamente en un sitio delicado es hacerlo cual elefante en una cacharreria y sí seres pillo eres muy cuco. 

Si te llaman pájaro es que eres de cuidado, si eres búho o una lechuza es que eres nocturno, ser un buitre o una hiena, es ser carroñero

También se puede ser un baboso siendo desagradable. Ser un caracol, es ser baboso, cornudo y rastrero. 

Ser un lentorro es ir a paso de tortuga o ser un caracol. El delfín de alguien es su natural sucesor.

Pueden utilizarte de mula de carga, decirte que tienes cara de conejo de hurón

Al andar puedes hacerlo como un pinguino o caminar hacia atrás como un cangrejo. Los "cachas de gimnasio", tienen andares de cangrejo.

Un infante es un alevín y también un polluelo, mientras los padres que se quedan solos, tienen el síndrome del "Nido vacío"

Si no tienes suficiente personalidad y te dejas llevar, eres un borrego y si cambias de opinión cada vez que te interesa, eres un camaleón. 

Una mujer, puede tener cinturita de avispa o ser llamada una "gamba", si tiene un tipazo, pero es fea, porque se aprovecha todo, menos la cabeza.

Algunos se pegan como una lapa; una "periquita" es una joven apetecible y una gallina clueca es una mujer que cuida de sus polluelos. 

Un lagarto, no tiene equivalencia, pero una lagarta, es una tía de mucho cuidado.

Es un cuervo, es una lombriz, es una rata, alto como una jirafa, parece un hipopótamo, tiene orejas de elefante, está hecha una foca, se escurre como una anguila, ..... etc 

Esto es grandes rasgos, lo que recuerdo sobre este tema. Estoy seguro que en otras latitudes y en otras lenguas, se dan circunstancias parecidas.

De esto deduzco, que:

La lengua española es muy rica en expresiones;
Nos identificamos en gran medida con los animales;
Las mujeres se llevan la peor parte de la jerga animal.

Porque como ya he comentado, no es lo mismo ser un zorro que una zorra, por ejemplo.

Creo que en vez de dañar la nuestro tesoro lingúistico con lo de hombres y mujeres, miembros y miembras, etc., deberíamos eliminar de nuestras conversaciones, los comentarios más peyorativos hacia el ser humano, especialmente los referidos al sexo femenino.
















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