miércoles, 27 de mayo de 2015

Alegre mañana

El sol está hermoso, aunque no calienta. Las abejas han terminado su inapreciable trabajo en el mandarino y ahora polinizan flores de frambuesos y guillomos.

He desayunado cara al sol, pero sin la camisa nueva. Me he regalado con un gran bol de yogur líquido, con fresas y muesli de cereales y frutos secos.

Un jilguero me ha deleitado con su canto y su plumaje, como agradeciéndome la comida que le pongo, el baño junto al estanque y la protección de su nido. Es un pájaro feliz y en libertad, que salta trepa y picotea por las ramas de mis árboles.

He cosido dos tramos de redes, hincado de rodillas, para proteger los esquilmados cerezos del año pasado. Los estorninos no lo tendrán fácil esta vez, aunque algún mirlo, ya ojea el manjar por venir, aún desprotegido de las aves.

He atado las primeras cuerdas a mis 34 plantas de tomates: los Jacks, los Robin, las tomatas y los Coeur de boeuf, Emergen poco a a poco besando las cañas que sostendrán su peso.

He probado las dos primeras frambuesas que ya han madurado y mis grosellas, empiezan a enrojecer de vergüenza, prometiendo ácido placer de desayunos invernales.

Aquí no ha entrado el zorro, como en la parcela del vecino, pero huele a erizos en dos rincones del jardín. Están y aunque no se les ve, se les huele. Son descendientes de los que traje años atrás, con mi difunto padre.

Los quería para controlar la plaga de babosas, pero también se comen los sapos, que traje para idéntica función.

El jardín y la huerta, agradecen el esfuerzo previo y prometen recompensa; para mí, la familia y algunos más. Porque como digo tan jocosa, como cariñosamente, la cosecha se resiente por los pájaros, los caracoles, los pulgones y las cuñadas.

Pero eso está en el guión, pues no solo cultivo para comer, sino para proporcionar felicidad a los familiares que vienen, ven, me sonríen y esperan que caiga algo. Naturalmente, les cae todo lo que puedo darles, pues no en vano, mi tierra, mis plantas y mi esfuerzo, trabajan para ellos.

Mientras esto pasa, sigo mareando la rosa de los vientos, mirando el mapamundi, escribiendo a potenciales familias acogedoras y esperando afirmativas respuestas de gente que quiere compartir ilusión, amistad, tareas e historias de la vida.

Hoy es un precioso día, que no pienso amargar viendo el circo político que hay montado en España. ¡Qué país! ¡Qué paisanaje!











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