miércoles, 20 de mayo de 2015

Las sombras del poder

En este artículo, no voy a abordar quiénes ostentan realmente el poder en el mundo, ni me voy a referir a un viejo libro titulado "Los siete sabios de Sión". Mi pretensión es más personal.

Desde joven tuve inquietud viajera y esta tendencia, aumentó cuando llegué a la universidad. 

Dos semanas después de acabar la carrera, me encontraba en Francia, donde permanecería un año, para hacer un máster, becado por ese país.

Mis ansias de viaje y libertad, se afianzaron aún más. Compartí mesa en comedores universitarios, con comensales de  20 o 30 nacionalidades diferentes, lo que excitó aún más mi curiosidad por el mundo.

Uno de mis dos compañeros de estudio, Luc Koffi, pertenecía a una influyente familia de Costa de Marfil, país con gran riqueza pesquera. (De hecho, con los años, fue Ministro de Pesquerías de su país).

Por ello, éramos recibidos por las autoridades departamentales francesas, allá donde fuéramos.

En Fecamp, Normandía, fuimos invitados por la máxima autoridad de la ciudad. Cenamos con él y con el Agregado Militar, de la Embajada del Reino de Bélgica.

Mi ilusión, habría sido ingresar en la Escuela Diplomática y representar a España por el mundo. Pero fue tan sólo un sueño. Ni mi carrera universitaria era la más adecuada para ello, ni mis cualidades personales, valían para ese cometido.

Terminados mis estudios en Francia, marché como Director Técnico de "Industries Mauritaniennes de la Pêche, (IMAPEC), una importante empresa del Instituto Nacional de Industria, (INI), en Nouadhibou,  República Islámica de Mauritania (RIM). Tenía 25 años y ganas de aventura.

Allí pasé numerosas veladas, con el Cónsul de España, uno de los pocos españoles de aquél rincón del mundo. Por él, conocí también, al Cónsul de Francia, con quien compartí algunas reuniones del Lion Club.

Mauritania, habría de ser fértil, en contactos políticos de interés.

El Presidente y dictador del Zaire, Mobutu Sese Seko, hizo una visita oficial al país. Como Director Técnico de la segunda empresa de Mauritania, le mostré la fábrica y posteriormente, fui incluido en el séquito que le acompañó, durante la comida oficial. Recuerdo que cómo no había cerveza de su marca preferida, envió su avión a Senegal, para que se la trajeran.

Más tarde, conocí en IMAPEC al Emir de Kuwait, quien se detuvo maravillado, al ver cómo se cerraban las latas de conserva de pescado.

Asistí también, a la comida que ofreció el Presidente del país, Moktar Ould Daddah, con ocasión de una visita oficial. Había cous cous, como plato único, que se servía de una inmensa olla, donde se perdió el cazo de servir. Ello no fue problema, pues el mauritano que servía, lo hizo directamente con las manos, como era habitual en las casas particulares. Me puse detrás del Presidente, para verle de cerca y cuando me llegó el turno, fui servido de la misma forma.

No hubo discursos. Tan sólo una prolongada comida, en la que el Presidente puso la radio en árabe y los comensales permanecimos en silencio.

Algo más serio y comprometido, tuvo lugar con las negociaciones entre el Gobierno mauritano y una representación soviética, para la firma de un Acuerdo de colaboración pesquera. Nosotros participamos en ella, en tanto que directivos de la empresa pesquera hispano - mauritana.

La falta de alojamiento en una ciudad sin infraestructuras, determinó la necesidad de alojar la representación diplomática soviética en los domicilios de los directivos de la empresa. Me tocó alojar a varios soviéticos, entre los que se encontraba el Primer Secretario de la Embajada de la URSS en Nouakchott.

Los pasaportes españoles, impedían expresamente visitar cualquier país del área soviética y el comunismo estaba proscrito en España. En estas circunstancias, la situación fue para mí una mezcla de curiosidad y morbo.

Corrió el vodka y con la lengua desatada, un diplomático me dijo que nos iban a echar del entonces Sahara Español. Corría el año 1972. Tres años más tarde, no fue la URSS quien nos hizo abandonar el territorio, sino Marruecos con su Marcha Verde,  al parecer, con apoyo logístico norteamericano.

Cuando abandoné el país, regresé a España para preparar unas oposiciones de funcionario público.

Conseguido el objetivo, fui destinado a Santander, donde ingresé además, en la Unión del Centro Democrático,(UCD). En aquélla época, visité el Senado y el Congreso de los Diputados, acompañado de parlamentarios de mi partido.

Conocí entonces, a Chus Viana y a Pío Cabanillas, quienes entonces, tenían bastante predicamento político. Compartí con ellos un almuerzo en un restaurante cercano a la Carrera de San Jerónimo. Para mí, estar cerca del poder, me resultaba fascinante. 

Hay un proverbio:

"No hay hombre grande, para su Ayuda de Cámara"

Observé de cerca los prebostes del poder, lejos de las cámaras y las bambalinas, oí sus comentarios y chanzas, concluyendo que eran personajes de carne y hueso, lo que incluía también, fortalezas y debilidades, como en cualquier ser humano.

 Tres años más tarde, fui nombrado para un cargo político en Melilla.

Antes de tomar posesión del puesto, un amigo y colega que pertenecía al PCE, me propuso substituirle en una misión de su partido, para asesorar a Samora Machel, Presidente de Mozambique  y líder del del Frente de Liberación de Mozambique, (FRELIMO).

Se me pusieron los dientes largos, pero decliné la oferta. No podía aparecer en Mozambique con una misión comunista, teniendo responsabilidades políticas de mi partido.

Conocí entonces, al Administrador del Palacio de la Moncloa y tuve la gran suerte, de ser invitado a ver sus cocinas, a fin de asesorar en temas de seguridad alimentaria, del propio Presidente del Gobierno. En aquélla ocasión, no conocería a Adolfo Suárez.

Durante mi destino en Melilla, compartí muchas actividades políticas, con el joven Diputado García Margallo, perteneciente a la corriente interna de UCD, denominada, "Los jóvenes turcos"

Llegué a cenar en su casa de las Rozas en un par de ocasiones. Nieto del General Juan García y Margallo, famoso por sus acciones militares en la Guerra contra Marruecos, era un valioso economista formado en Harvard, EEUU y tenía un prometedor futuro.

Mis relaciones con él se enfriaron cuando quise separar mi acción política, de mis amistades personales, pues valoraba mucho mi independencia y el sentido de la amistad, aunque esta fuera con el Presidente de Fuerza Nueva y el Secretario General del PSOE de la ciudad.

Durante la visita oficial del Presidente Suárez a Melilla, se organizó una especie de "Mini Consejo de Ministros" para tratar de los asuntos de la localidad. Yo asistí en calidad de Delegado del Ministerio de Sanidad y Seguridad Social.

Quedé subyugado por la personalidad del Presidente. Suárez.

Gobernaba sin mayoría absoluta, consensuando con los nacionalistas el establecimiento de una economía libre de mercado y con los socialistas, la unidad de España.

A su vez, los políticos de su propio partido, intrigaban a sus espaldas; entre ellos, Alzaga, Herrero de Miñón, Ordóñez, Garriguez Walker, etc. Liberales, socialdemócratas democristianos, francotiradores y cainitas, provocaron poco después de conocerle, su  dimisión como Presidente del Gobierno y más tarde, la creación de un nuevo partido político.

García Margallo y yo, coincidimos en el aeropuerto de Málaga, con un diputado de lengua viperina llamado Alfonso Guerra. Cuando nos presentó, le recordé que nos conocíamos desde niños y le sorprendí e intrigué cuando le recordé viejas andanzas de adolescente. 

Alfonso llegó a ser Vicepresidente del Gobierno de España y García Margallo, es en la actualidad, el Ministro de Asuntos Exteriores del Reino de España. 

De regreso a Santander, inicié con tres personas más,Javier Domenech, Federico Ysart y Manuel Garrido, la filial del nuevo partido de Adolfo Suárez: el Centro Democrático y Social (CDS), que tendría un escaso recorrido.

Seguía con mis inquietudes de viajes.

Formé parte de una Misión, como Consultor Internacional de la FAO en Honduras en 1996.

El Jefe de la Misión, había sido asesor del Gobierno de Salvador Allende en Chile y salvó su vida durante el golpe de estado de Pinochet, por estar aquél día fuera de su país. Otra colega de la misión, era una especialista en nutrición, de nacionalidad cubana.

Naturalmente, nuestra visita no pasó desapercibida a los servicios de información norteamericanos en Honduras,

En aquella época, Los EEUU, fustigaban desde Honduras al gobierno sandinista de Nicaragua y allí tenían sus fuerzas la retaguardia.

Me llamó poderosamente la atención, que la embajada norteamericana en Tegucigalpa, era bastante mayor, que la propia sede del Presidente de Honduras.

Cuando realicé mi primer desayuno en el hotel, se sentó descaradamente a mi lado un norteamericano, quien entabló rápidamente conversación conmigo.

Sospeché lo que pasaba y como nada tenía que ocultar, le di toda mi información personal, que seguramente, confrontaría con sus fuentes de información españolas. 

En una de mis entrevistas de trabajo, dije a la Directora General de Comercio, que la Ley de los Consumidores de su país, sólo otorgaba representación y capacidad de negociación en temas de consumo, al Gobierno hondureño y a los empresarios. Le manifesté mi disconformidad y sugerí que incluyera también a las asociaciones de consumidores. Se negó categóricamente a ello, pues pondría en riesgo inmediato su carrera política.

No me extrañó, estando ya en España, que la Directora fuera nombrada Ministra de Comercio de Honduras.

Cuatro años más tarde, formé parte de una misión de la Cooperación Técnica Española, para ayudar a Rumanía, a cumplir los requisitos de entrada en la UE. Estuve dos veces en Bucarest y en ambas ocasiones, compartí mantel con  el Primer Secretario de la Embajada de España en su casa.  Recordé entonces con añoranza, mis fallidos sueños diplomáticos.

En el 2010, cubrí una nueva misión en Senegal. realicé tres intensos viajes y trabajé con varios directores generales. Una vez, tuve que repetir visita, pues entre viajes, habían destituido a los políticos con los que había hecho mi trabajo. Realmente, la política africana, es aún más inestable que la europea y a veces incluso peligrosa.

Como responsable de Seguridad alimentaria del Gobierno de Cantabria, estaba encargado de vigilar la seguridad alimentaria de las grandes personalidades que venían a nuestra región. Era una gran responsabilidad.

Debí supervisar la comida de eventos con los Reyes Juan Carlos y Sofía, así como del entonces Príncipe de Asturias.

El evento que más me preocupó fue la Cumbre Hispano Francesa, entre el Presidente del Gobierno Aznar, el Presidente de la República Chirac y el Primer Ministro Jospin.

Chirac pidió fuera de protocolo, comer un jamón jamón, de esos de pata negra, tocino entreverado, brillo de grasa de bellota y aspecto de violín.

Sólo lo sirvieron en la mesa presidencial y sin mi control previo. Cuando me enteré ya era tarde. El jamón era de fabricación ilegal. Solo me quedó esperar y leer la prensa en los días sucesivos, por si surgía algún problema.

Vi muy de cerca, pasear a los tres mandatarios, bajo los árboles de la Península de la Magdalena, en Santander. Mi mirada era de curiosidad y mi deseo, que gozaran de buena salud.

En otro artículo, me he referido a mi visita al Capitolio de los EEUU y a ver, desde las gradas, los debates y las votaciones de los senadores de aquél gran país. No pude obtener photos, por estar rigurosamente prohibido y controlado. Disfruté viendo aquel centro de inmenso poder, que mueve realmente el mundo

En el 2012, tuve ocasión de visitar la embajada de Guinea Bissau en Gambia y las embajadas de España y de Nigeria en Guinea Bissau. Aunque no estamos exentos de arbitrariedades y peligros, especialmente ahora, en realidad, ser europeo, es una garantía respecto a otras procedencias africanas.

Posteriormente, hice sendos viajes  a la República de Sao Tomé é Príncipe (STP), un pequeño país de 200.000 habitantes, del Golfo de Guinea. Mi idea no era tanto hacer turismo, como buscar una actividad y una oportunidad de negocio, tras mi jubilación.

Durante mi segunda estancia, estuve con tres ministros, para proponer diversas actuaciones de desarrollo en su país. También mantuve una entrevista con un Ex Presidente de la República, con el fin de establecer una vía de negocio.

La noticia de mi estancia en STP, corrió como la pólvora por la isla. Recibí así, propuestas poco confesables de negocio, al puro estilo africano.

 Mis gestiones desde la isla, interpuestas con los gobiernos de Gabón y Angola, fueron fallidas. Por otro lado, fui contactado por el que allí se conocía como el  que había sido el "hombre de Gadafi en Libia", antes de que el dictador fuera derrocado y asesinado por sus correligionarios. Los negocios propuestos, no cuajaron; especialmente, por prudencia y otras consideraciones más.

En África, las oportunidades de negocio, son tan imaginativas como arriesgadas. Nada saqué en claro de aquella experiencia, salvo los viajes en sí y las vivencias en una pequeña república tropical de gran belleza.

Quedan atrás, mi relación personal con el Director General de Asuntos Exteriores la posibilidad de obtener la ciudadanía saotomense e incluso, de ser nombrado Cónsul Honorario de la República, en España.

Cuando pienso la oportunidad real que tuve de ser Cónsul, sonrío por las circunvoluciones y las sorpresas que da la vida.

Ya jubilado, ajeno a oportunidades de negocio, y consultorias internacionales, solo ejerzo de abuelo, jardinero, escritor, bloguero y viajero empedernido, en búsqueda de aventuras.

Quedan en mis recuerdos, mis paseos bajo las sombras del poder, en las cercanías de presidentes de gobierno, padres de la patria, ministros variados, directores generales de toda clase y condición, presidentes autonómicos, consejeros, alcaldes, concejalillos y fontaneros del poder.

La fábrica IMAPEC, en Nouadhibou, Mauritania




Moktar Ould Dadadh, Pte de la R.I. de Mauritania

Mobutu Sese Seko, Pte del Zaire

General Juan García y Margallo
Palacio de la Moncloa
Visita del Presidente Suárez a Melilla
El Presidente Suárez y el Diputado J. M.García Margallo

Foto dedicada de Adolfo Suárez
Alfonso Guerra con Felipe González, antes de llegar al poder
Alfonso Guerra niño
Embajada de los EEUU en Tegucigalpa
En la sede de la FAO en Tegucigalpa
Sede de la FAO en Roma
Pase de acceso general en la Cumbre Hispano Francesa
Autoridades de la República de Senegal


Con el Presidente del Superior Tribunal de Justicia de STP
Embajada del Gabón en STP
Con el Director General de Asuntos Exteriores de STP

 Jose Manuel García Margallo, actual Ministro de AAEE

2 comentarios:

  1. Una vida apasionante. Debe escribir sus memorias desde el punto de vista de un funcionario que ha tenido el privilegio de conocer a tantos mandatarios tan de cerca. No es habitual vivir estos acontecimientos. Me gustaría continuar leyendo sus experiencias en su blog.

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  2. Muchas gracias por su comentario. Varias personas me han animado a ello y posiblemente lo haré, aunque no de forma inmediata. Un saludo

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