domingo, 31 de mayo de 2015

La raja del culo

Una amiga, refinada, culta, vital y educada, se alarmó cuando supo que titularía así un artículo. Decía que mejor no lo hiciera, pero si me decidía a ello, que lo encabezara como la “Raya del pompis”

De hacerla caso, habría quedado menos escatológico, más prudente y que ella me perdone, más cursi. 

Hay veces, en que se debe ser seco, decidido y contundente, llamando las cosas por su nombre más directo.

No espere sin embargo el lector, que me explaye en una relación de improperios de mal gusto, porque he recibido una educación de cuna, que me condiciona en lo más profundo de mi corteza cerebral.

Tómense por tanto estas letras, como un desafío; como un ejercicio literario, para decir lo que sea menester, sin sobrepasar la línea roja que pudiera herir sensibilidades de personas, como la de mi bienintencionada amiga.

Llamase raja del culo, a la hendidura que separa los glúteos mayores, permitiendo la independencia móvil de cada pierna, albergando la salida del tubo digestivo y según el género masculino o femenino, prolongándose con lo que puede imaginarse quien recorra estas líneas.

Varones, mujeres y el resto de los sexos oficialmente reconocidos por boletín oficial, son portadores de semejante hendidura; ya sean nobles de alcurnia, ricachones, muertos de hambre o representantes de la sufrida clase media.

¡Ay del pobre que no posea semejante invento anatómico, pues de él será la desgracia!

Sufrida parte de la anatomía, no parece a priori ser objeto de lucimiento generalizado, si bien algunos colectivos, irisados o no, nudistas de afición o gentes de alegre sambódromo, no tengan preocupación en mostrar la raya citada.

De tal modo, que una intervención quirúrgica de la zona, pareciera más una operación estética, que la corrección  de una molesta patología.

La raja del culo, es denostada y a veces humillada, utilizando para ello, verbos como tomar, dar y recibir, lo que evidencia, salvados determinados casos considerados lúdicos, una muestra de mal gusto y una injusticia con tan noble parte anatómica.

Por la "raya del pompis", pasan a lo largo de la vida, toneladas de detritus y nos salva de una muerte segura; alivia tensiones que nos facilita el bienestar; soporta el roce de varios árboles, transformados en kilómetros de higiénico papel; expele volúmenes gaseosos de diversa consideración y sonoridad y nos recuerda, con su abnegado servicio, su bien ganada "imprescindibilidad".  Sí, ya sé que esta palabra no existe, pero ¿no cree el lector, que no se merece esta rayita, que la admita la RAE?   
  
Porque la raja del culo, alivia a curas y seglares; políticos y malandrines; militares y civiles; científicos y patanes; gorricatetos de pana y señoritos de cuello blanco; mozalbetes y vejestorios; artistas y artesanos; estrechos y desparramados; reprimidos y lenguaraces; robaperas, concejalillos, alcalducos, diputadines, senadores y cenadores; trincaprebendas, quéhaydelomíos, tuercebotas; tocapelotas de barrio; banqueros e hipotecados; solteros, solteras y solteres; reyes y plebeyos; sindicalistas y empresarios; puñoconrosas y gavioteros de parlamento y trena y hasta el más sublime monarca, incluso de la pérfida Albión, necesita desahogarse a eimpty satisfaction.

Tal parte sin embargo, no goza del privilegio de la canción o de la poesía, porque su escatológica postura, no facilita su devoción. Pero reconózcase, rediez, que hasta católicos, ortodoxos, protestantes, anglicanos, amish, budistas, animistas y los de turbante, burka y exaltación, tienen en este punto una misma visión.

Es cierto que la raja del culo, es con frecuencia de extraña función, por usarse a contramano, es decir, en mala dirección: lavativas, supositorios, colonoscopio, dedito de prostática diagnosis y qué sé yo; más los verbos ya citados, y el porteo de drogas, vaya por Dios.

No soy yo poeta que me precie; no soy yo pintor de fino pincel y mejor arte; no soy quien sepa escribir con el arte que merece la raja del culo.

¿Pero es que no hay nadie, que le haga una oda, le pinte un trazo hiperrealista, expresionista, cubista, o cualquier ista más?

¿Es que nadie se atreve a exaltar como se merece, tamaña hendidura que tantos servicios da y consigue el consenso de la totalidad del género humano? 

Notas del autor.

Esta prosa no ha sido más que el ejercicio de un escribiente aficionado, tratando de una escabrosa parte, sin caer en lo chabacano, haciendo esgrima palabrera, para demostrar, que de cualquier tema, con ironía, imaginación y habilidad para desplazarse por la frontera del mal gusto y el refinado comportar, se puede escribir un artículo. 

Sé que no ganaré por ello un premio literario, pero ha servido para distraer la mañana de un jubilleta, hacerte tal vez sonreír, pero sobre todo, para demostrar a mi amiga que la raja del culo, suena mejor que la raya del pompis.

El blog permite a su titular, conocer las entradas según el tiempo y el país de procedencia de los lectores. 

Considere, quien haya leído este artículo, que el autor se  ha permitido una pequeña licencia literaria, "escrita en b" para observar la reacción de los lectores



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