sábado, 16 de mayo de 2015

Nómada del viento

Se oía la noche. Los sapos y las ranas callaban, pero el viento castigaba los cristales de las ventanas.

Me apetecía dormir con placidez en posición fetal, acurrucado bajo la manta.

Se proyectaban sombras de los agitados árboles, sobre el dormitorio. Era una suerte de tenebrosa negrura.

El sueño no llegaba, pues algo en mi subconsciente me desvelaba. 

Recuerdo vagamente un sueño sin sentido, que se perdió en la profundidad de mi ser, hasta finalmente, caer en el limbo.

La mañana llegó tarde. Era lluviosa y fría.

Una fuerza superior, me hundía en el colchón.

Oía las noticias por la radio y me invadió el desánimo:

Violencia de género, paro, jihadismo, charlatanes políticos, vendedores de ilusiones, crisis, corrupción, programas basura,..., lo mismo de todos los días.

Me puse en pié y pensé en nuevos destinos de maleta y pasaporte.

La veleta de mis viajes, me pedía Australia y Canadá.

En realidad, me pedía aventura de vida y pasión de libertad.

Sentí la inquietud de las aves migratorias, en su hora zulú.

Muy pronto volaré, pero aún dudo de mi destino










 























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