lunes, 22 de junio de 2015

Pensamientos de jardín

Cada mañana, revoloteo el jardín con mi cuenco, en busca de la cosecha y el desayuno.

Hoy estuve bajo la red que protege mis cerezas. 

Tuve un gran bienestar. Me sentí protegido y en mi pequeño mundo de alegría. Algo así, como les ocurre a los niños, cuando se esconden en su pequeña cabaña infantil o como les debió ocurrir a los hombres en la prehistoria, cuando sentían la magia de las cuevas.

Era un silencio roto por ranas y mirlos. Reventaban en mi boca hermosos sabores de rojas cerezas, con la satisfacción de vivir, la maravillosa naturaleza.

Al tiempo, "pensaba la vida".

Rememoré la debilidad de España, que aprovechó el rey del sur, para adueñarse del Sahara Español y pensé cómo ahora, en un momento de debilidad económica, deterioro social e incertidumbre política, urde su trama el "traidor de Cataluña", para romper España.

Medité sobre la tragedia griega, que amenaza con reventar de forma inminente, dañando seriamente el proyecto europeo.

Pensé que los griegos, han vivido por encima de sus posibilidades y que ahora, deben pagar su irresponsabilidad. 

Los gobernantes griegos, amagan con cobijarse bajo la sombra rusa, sin darse cuenta, del grave riesgo que correría su nación.

Vi los documentales de Oliver Stone, sobre la reciente historia norteamericana y por lo tanto, del mundo. Sentí desazón y desconcierto, al pensar que puede tener algo de razón 

Me sobrecogieron los asesinatos en una iglesia de Carolina del Sur, por un joven racista blanco.

Norteamérica, tiene algunas asignaturas pendientes, como dar cobertura sanitaria a todos sus habitantes y desarmar a su población. Al parecer, el pueblo americano, tiene más de 300 millones de armas de fuego en sus hogares. 

Me preocupa el peligro del Estado Islámico, que amenaza el orden mundial, mientras que algunos politiquillos regionales, juegan en el lodo de las ambiciones.

Me sorprenden los "momentos símbolo" que están protagonizando los nuevos ediles de España y me pregunto qué ha pasado, para que se derritan las neuronas de nuestros dirigentes.

Tal parece, que se ha producido una versión política del "mal de las vacas locas" 

Finalmente, me reconfortó cómo el Papa Francisco, con la nueva Encíclica, pone un poco de cordura, en este mundo loco que se autodestruye.



















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