viernes, 23 de enero de 2015

Crónicas marruecas. Quinta parte

Me desperté antes de la llamada del muecín. Eran las 6 de la mañana, pero la noche no quería marcharse. Mientras escribo estas notas, vuelve tímidamente el naranja perdido del atardecer y un canto de ave no identificado, me trae la alegría de la mañana.

Mis maletas están prestas al sur. Rodaremos asfalto; pasaremos pueblos y pasearemos la vista sobre paisajes de arganes, rebaños y pedregales.

 Sidi Ifni,  no es un lugar cualquiera. Este es un viaje al corazón de mi infancia,  un canto emocional a mi patria y un homenaje a la sangre derramada. En 1957, España libró la guerra de Sidi Ifni, un ignoto territorio para un niño como yo, casi recién llegado a la vida. Un barco trajo a Sevilla los soldados heridos en la contienda. Desfilaron lisiados y con vendas aún ensangrentadas. Iban orgullosamente a pie, mientras los sevillanos aplaudíamos agradecidos, su sacrificio por la patria.

Fue entonces cuando supe algo más de la geografía y la historia. Con la perspectiva de las décadas vividas, pienso en el honor patrio, el sufrimiento padecido y la sangre derramada, en un territorio que no nos pertenecía.

Cuando pise Sidi Ifni, recordare aquella sangre en los uniformes, mientras mis manos buscaban seguridad en las de mis padres ya desaparecidos. Tomare arena de su suelo y la llevare a casa. Será un recuerdo de historia, una muestra de mi colección de arena y algo más personal y trascendental, que algún día tal vez relate.

Ha escapado la noche; han vuelto los sonidos de la vida que se despereza  y mis mejillas sienten ya el frío de la mañana. Tras desayunar en el Café  Mzoughan, emprendemos el camino hacia el sur, el sol y la historia.

Argan

Se ven arganes en los campos. Son arbustos silvestres y endémicos, transformados en cultivares. Son espinosos y dan un fruto aparentemente similares a la aceituna. De el se obtiene un aceite de uso cosmético y culinario, de alto valor. He cogido varios frutos.

Paramos en un puesto de carretera. Compramos aceite de argan. No opte por el cosmético sino por el alimentario, más obscuro. Previamente, lo había probado mojado en pan. También guste una pasta obscura; era una mezcla de frutos secos, miel y argan. El vendedor adujo después que tenía un efecto similar a la viagra. Recordé entonces la hierba micoco y el licor pilolo que también ponderaban en Sao Tome y Príncipe con un efecto similar. Parece que en todas las culturas, hay un deseo de perpetuar el placer,indefinidamente en el tiempo.

Las nubes no nos han seguido y el sol calienta. Me sobra la ropa térmica y tengo ganas de veranear el invierno. Al oeste de nuestro camino, se extienden numerosas playas que son paraísos de surferos.

Ya en la costa, hemos pasado por Tamri, donde compramos mandarinas y bananos baby producidos en su protegido micro clima. Vivian se encarga de las compras, porque entre africanos no se muerden fácilmente el bolsillo.

Al seguir la línea costera observe numerosas construcciones excesivamente cerca del mar, por lo que parecen cometer los mismos errores urbanísticos de la España de los sesenta.

A la salida de Taghazoute están construyendo un gran complejo turístico con camping, zonas residenciales, campo de golf, etc. Igualmente, se observan escuelas de surf, se ofrecen paseos en dromedario y en definitiva, se está fraguando un gran desarrollo turístico.

Un temblor sacudió Sevilla en 1961. El epicentro del terremoto estaba en Agadir, al sur de Marruecos. Hubo centenares de muertos y muchas casas derruidas. Precisamente, mientras escribo estas líneas, estoy en aquel epicentro,  en la blanca ciudad de Agadir, reconstruida décadas después.

Pasamos por delante de uno de los 13 Palacios Reales. El espacio visible desde el exterior, era impecable y hermoso. Pensé que Marruecos y España, tienen dos jóvenes reyes, ampliamente formados, que deben, asegurar la convivencia pacífica y el progreso de dos pueblos muy diferentes, pero con muchos lazos históricos en común.

Después de recorrer 400Km en 8 horas de ruta, visto innumerables rebaños de ovejas, centenares de asnos, numerosos campings  y 4 puentes destruidos por las inundaciones, llegamos a Sidi Ifni.



22 de enero de 2014



















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